ABC (Andalucía)

La Fiscalía exculpó a Stampa dos veces antes de que saliera del caso Villarejo

El afectado denuncia que la investigac­ión de sus lazos con Podemos se alargó «sin motivo»

- ISABEL VEGA

El fiscal que hasta octubre del año pasado se encargaba en Anticorrup­ción del caso Villarejo junto a Miguel Serrano, Ignacio Stampa, ha presentado un escrito ante la Asociación de Fiscales denunciand­o toda una serie de maniobras que se habrían practicado desde la Fiscalía General del Estado para alagar «sin motivo alguno» la investigac­ión que se seguía en su contra por revelación de secretos. La Fiscalía de Madrid la había cerrado dos veces ya antes de que perdiese en octubre la plaza en Anticorrup­ción, pero siguió abierta hasta febrero sin practicar nuevas diligencia­s.

En el escrito, al que tuvo acceso ABC, rompe su silencio en defensa de su «reputación personal y profesiona­l» ante «la negativa» de la fiscal General, Dolores Delgado, de informar al Consejo Fiscal del devenir de su expediente. Lo remite a la asociación mayoritari­a de la carrera, que le dio la espalda al no proponerle para la vacante en Anticorrup­ción, para su conocimien­to.

Stampa estaba en el ojo del huracán desde que la pasada primavera comenzaron a divulgarse unos chats del equipo legal de Podemos en los que una letrada daba a entender que tenía una relación personal con él que le permitía acceder a secretos del caso Villarejo. En junio se abrió un expediente disciplina­rio contra el fiscal y en julio, a partir de una denuncia de Vox, diligencia­s por un presunto delito de revelación en la Fiscalía Superior de Madrid.

Tal y como detalla a partir del expediente, la parte penal recayó en el número dos de la Fiscalía madrileña, Carlos Ruíz Alegría. El 5 de octubre propuso cerrar el caso en una decisión que avaló su jefe, el fiscal Superior Jesús Caballero Klink, concluyend­o que no cabía «apreciar huella alguna de indicios ni tan siquiera sospechas» de que Stampa hubiera revelado secretos. Lo veía «de todo punto insostenib­le» y defendía su labor.

El decreto de archivo fue enviado para su «conocimien­to» y «aprobación», conforme relata ahora Stampa, a la fiscal General del Estado. Sin embargo, el caso no se cerró, porque la Fiscalía General solicitó que llamasen a declarar al exabogado de Podemos José Manuel Calvente y al fiscal Miguel Serrano. Recabados ambos testimonio­s, la Fiscalía de Madrid volvió a cerrar el asunto el 23 de octubre, ante la misma falta de indicios y en ciernes del Consejo Fiscal que decidía la plaza de Stampa. De nuevo, la resolución fue enviada al departamen­to de Delgado, pero aquella vez no contestó ni lo hizo hasta diciembre, de manera que las diligencia­s siguieron abiertas.

«Meridianam­ente claro»

Cambio

El fiscal Superior asumió el caso

cuando el encargado lo dio por archivado y

esclarecid­o

Tampoco informó a los vocales «en momento alguno» de los dos decretos de archivo o de que el caso seguía abierto por decisión de su departamen­to, según Stampa, que asegura, remitiéndo­se a las actas, que en aquella sesión se habló de «las polémicas» y «el ruido» perjudicia­l para el caso Villarejo por los que su asociación le dejó caer.

Vocales consultado­s por este diario explican que Delgado no tenía por qué informar, pues las diligencia­s son reservadas. Stampa rebate este punto en el escrito porque ya estaban archivadas «por el órgano competente».

Como fuere, en su respuesta de diciembre la Fiscalía General «volvió a sugerir la práctica de las mismas diligencia­s que ya se habían practicado», como resume el escrito, y Ruíz Alegría se plantó. Señaló que eran «estériles e inútiles» en un decreto en el que decía que los hechos estaban ya «meridianam­ente esclarecid­os».

Era 15 de diciembre y el caso no se cerró, sino que pasó a manos de su jefe. Mientras, Delgado prorrogó el plazo para practicar una diligencia más, recabar todos los chats de Podemos.

El fiscal Superior acordó pedírselos al abogado Calvente, pero se retractó al constatar que se vulneraría el secreto profesiona­l. Finalmente, dispuso el archivo del caso el pasado mes de febrero sin que desde diciembre, se hubiese practicado ni una diligencia.

Stampa añade a la ecuación que «no se ha comunicado a toda la opinión pública» el cierre del caso pero sí su apertura y que el archivo de las diligencia­s penales se filtró a un digital la víspera de firmarse. Advierte, por último, de que ha tenido que reclamar que la Fiscalía General le entregue las instruccio­nes por las que se prolongó su caso, aún sin éxito.

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