El cabo de Buena Esperanza y el Ártico, las rutas alternativas
El bloqueo en Suez obliga a hacer miles de millas extra y a alargar el viaje varias semanas
La paralización total del canal de Suez avanza hacia el cuarto día y las compañías navieras internacionales se están preparando para aumentar los costos de transporte que implica cambiar la ruta de sus cargueros, si no se logra reflotar pronto al súpercarguero Ever Given. Las compañías están barajando dos rutas alternativas la primera por el extremo sur de África, a través del cabo de Buena Esperanza, para acercarse al Mediterráneo desde el oeste. El ‘schedule’ o itinerario por esta vía suma 5.000 millas náuticas y 14 días más de viaje. En decir, un carguero que
Cabo de Buena Esperanza se encuentre dentro del ‘Northbound’ –dirección norte del canal de Suez con salida al Mediterráneo– tiene que dar la vuelta, salir por el mar Rojo y navegar 11.400 millas en una travesía que tomaría alrededor de 28 días. Sin embargo, los fletadores temen convertirse en blanco de ataques piratas, al navegar por estas aguas.
La otra opción es que los barcos tomen la ruta del Ártico, que Rusia ya ha puesto a disposición, pero los expertos advierten de que tendrán que enfrentarse a condiciones climáticas severas, lo que la hace una vía muy impopular. Esta ruta suma más de 8.000 millas náuticas y 35 días de viaje. Lo que significa que un carguero debe transitar 14.400 millas durante 49 días para descargar en el puerto de Ámsterdam.
Nico Yepez, director de Martico para
Ruta Ártico
Norteamérica y exejecutivo de Maerks, empresa líder del transporte de contenedores, dice a ABC que las navieras «van a esperar máximo hasta el día martes a ver si se ha solucionado el bloqueo, en caso de que persista agregarán los costes de transporte y cambiarán la ruta». Y agrega▶ «Nos podemos permitir una semana paralizados, después de eso las consecuencias empiezan a ser graves». Según el ejecutivo, hay en torno a 200 barcos paralizados en el canal, «se quedan presos unos 50 barcos al día» que ya estaban dentro de la arteria fluvial cuando encalló el carguero panameño.
Trasbordo de mercancías
Aparte de las actuales vías de navegación alternativas, se han planteado proyectos ferroviarios para que las mercancías que viajan entre Europa y Asia no tengan que utilizar el canal de Suez. Israel, que en el siglo pasado se enfrentó precisamente con Egipto a orillas del canal, lleva años soñando con una vía de tren que una los puertos de Eilat, a orillas del mar Rojo, y Ashdod, en el Mediterráneo. Se trata de un recorrido de unos 350 kilómetros que en buena parte discurriría por el desierto del Neguev. De hacerse realidad, los barcos descargarían sus contenedores en uno de los puertos y viajarían en tren hasta el otro, donde se subirían a un segundo buque que estaría esperando. El primer ministro, Benjamin Netanyahu, ya defendía en 2012 que este proyecto es de «importancia estratégica, tanto nacional e internacional».
Más ambicioso aún es otro plan, respaldado por China al calor de su Nueva Ruta de la Seda para conectar Asia con Europa, que consistiría en extender una línea ferroviaria entre el golfo Pérsico y la bahía de Haifa, en Israel, a través de suelo de Arabia Saudí y Jordania, donde recalaría en el puerto de Áqaba, en el mar Rojo, y en la capital, Amán. Por el momento, para evitar el canal no hay más remedio que rodear África o navegar por el Ártico.
Proyectos ferroviarios
Se planean líneas de tren que unan el golfo Pérsico y el mar Rojo con la costa de Israel