Las incógnitas sin resolver: ¿el barco encalló solo por un golpe de viento?
El ingeniero de Caminos, Canales y Puertos Juan Carlos Pery, experto en obras y transporte marítimos con décadas de experiencia como directivo en el sector, apunta algunos de los hechos llamativos.
Le extraña que una tormenta de arena o un golpe de viento sea la única la explicación. En una obra como el canal de Suez, «la información meteorológica debería ser perfecta», además de que el barco dispone de sofisticados instrumentos de navegación (radares, GPS, etc.). Aunque el barco «tiene mucha obra muerta» (la parte por encima de la línea de flotación) y está muy expuesto al viento, no le parece suficiente para desviarlo hasta encallar, teniendo en cuenta que en el canal no hay oleaje y se transita a baja velocidad. Además, recuerda que «todos los barcos van en fila». «¿El viento solo afectó a este?», se pregunta.
Los barcos de este tipo, como los aviones, llevan una ‘caja negra’ llamada VDR (Voyage Data Recorder) conectada a los instrumentos de navegación y que «graba todas las conversaciones en el puente de mando, desde un chiste a una orden». «Tiene que haber muchos más datos», indica. Aventura que, además del viento, el Ever Given pudo sufrir «una avería en el timón o un despiste».
Se determinará con los datos del VDR, asegura. «El responsable final siempre es el capitán», aunque también va un práctico egipcio. En todo caso, cree también que «la naviera va a tener un problema».
Considera escasos los medios empleados, como una excavadora que a todas luces «no tiene capacidad para hacer un movimiento de tierra lo suficientemente profundo» para liberar la proa. Le resulta llamativo que no haya en la zona dragas o grandes grúas para retirar carga del barco y así aligerar el peso. Es de esperar, indica, que las empresas especializadas aporten a partir de ahora más medios.