Celaá relega la memoria y el conocimiento en el nuevo currículo de Primaria y ESO
La ministra anuncia una revolución educativa pero vuelve a las ideas de leyes de hace 30 años
La ministra de Educación Isabel Celaá ha repetido una y otra vez durante la frenética tramitación de la Lomloe que los contenidos que aprendían los alumnos eran enciclopédicos. Nada más asumir el cargo, hace ya tres años, se mostró a favor de «adelgazar los currículos enciclopédicos» y sustituirlos por otros con el objetivo de «no tener mejores cabezas llenas sino mejor estructuradas».
El Ministerio de Educación, ya aprobada la Lomloe, ha dado un paso más en esa dirección▶ presentó ayer el nuevo currículo para los estudiantes de Primaria y ESO. «Una certeza probablemente compartida por todos es que ya no es suficiente el aprendizaje memorístico y acumulativo; por eso, apostamos por una propuesta competencial, que contempla ámbitos curriculares en los que se trabajan de forma interdisciplinar aprendizajes de varias materias», dijo ayer la ministra en el acto de presentación del nuevo currículo.
Pero mientras Celaá reafirmaba sus frases de hace tres años, parte del equipo que participó en el desarrollo del currículo era algo menos rotundo▶ «Tiene que haber contenidos que sea preciso memorizar; se trata de que la memoria se dirija a conocimientos que son imprescindibles para pasar a una acción», apuntó María Dolores López Sanz, directora general de Evaluación y Cooperación Territorial. En lo que sí insistieron, tanto Celaá como su equipo, es en la necesidad de un desarrollo competencial. Y ¿qué significa ser competente? «Se considera que una persona es competente en la medida en que adquirir un nuevo conocimiento le lleva a actuar en el mundo de una manera distinta», explicó Elena Martín, catedrática de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad Autónoma de Madrid, y miembro del grupo de expertos que participó en el desarrollo del currículo.
Inconvenientes
Esta apuesta por las competencias tiene, a juicio de los expertos consultados por ABC, dos problemas▶ primero, que dejarlo todo en manos de las competencias, minusvalorando la memoria y los conocimientos, no es una buena opción; y segundo, que realmente la gran ‘revolución’ que presentó la ministra no es dican los informes PISA», lamenta el presidente de CSIF Educación, Mario Gutiérrez. Para el pedagogo Gregorio Luri, la propuesta también supone «una vuelta a la Logse; el espectro de Coll se ha reencarnado en la Lomloe», ironiza. «No es la primera vez que España emprende un enfoque del currículo por competencias. Lo que hace falta es que esta vez se acierte y que no se contamine de componentes ideológicos», apuntó Paco López Rupérez, expresidente del Consejo Escolar. «Lo que se presenta como gran novedad de la Lomloe (basar las enseñanzas en competencias y destrezas), está ya contemplado en otras leyes como la Loe o la Lomce. Los centros trabajan ya sobre la base de competencias que los alumnos tienen que alcanzar al finalizar cada etapa. Lo hacen en gran medida por proyectos, resolución de problemas que suponga aplicar contenidos y relacionar conceptos de distintas materias», señala Luis Centeno, secretario general adjunto de Escuelas Católicas, patronal que escolariza a más de 1.200.000 alumnos.
En cuanto a la relegación de la memoria y los contenidos, «de la presentación del nuevo currículo se infiere que se minusvalora el aprendizaje memorístico y el papel que tiene la enseñanza tradicional. Las competencias están muy bien, y se necesitan, pero estas se aplican sobre unos conocimientos, no sobre el vacío. El Ministerio incide mucho en las competencias y poco en los conocimientos. El equilibrio lo recoge una frase de Andreas Schleicher, el padre de PISA▶ «Evaluar lo que sabes (conocimientos) y lo que sabes hacer con lo que sabes (competencias)». No vas a saber hacer mucho con la que sabes, si no sabes mucho», critica Ismael Sanz, exdirector del Instituto Nacional de Evaluación Educativa del Ministerio de Educación.
Hay un ejemplo que muestra la diferencia entre los conocimientos y las competencias▶ en el aprendizaje del inglés, por ejemplo, están por una lado los conocimientos del vocabulario y, por otro, la competencia de hacerte entender ante un nativo y comprenderlo. «No puedes tener las competencias si antes no has adquirido los conocimientos», ejemplifica Sanz. «Querer que el alumnado alcance capacidades sin contenidos suficientes es una falacia sin sentido pedagógico. Son los mismos conceptos del 1990 que tanto daño han hecho al alumnado», insiste Gutiérrez.