Un todoterreno del periodismo
Volcado en Hispanoamérica se distinguió en la defensa de la tauromaquia y la zarzuela
Federico Sánchez Aguilar, nacido en Valencia, pasó toda su vida en Madrid. Era un ser irrepetible, y me apena escribirlo en pasado. Ayudó a todo el mundo, y me ayudó a mí. Lo conocí casi en la adolescencia y me sentí influido por él desde el primer encuentro. El tiempo hizo que coincidiésemos en ‘Arriba’, en ‘Informaciones’, en RTVE, en Radiocadena y en algunos medios más. Persona afable, de saberes amplios y profundos, a los dos nos interesaba la Historia, y a él singularmente la presencia e influencia de España en su mundo, que es tanto como decir en el mundo ‘en el que no se ponía el sol’. Gran conocedor de la historia de Madrid, del teatro y de la tauromaquia, en esos ámbitos se le deben textos memorables. Interesado por la zarzuela escribió un libro señero, ‘El encanto de la zarzuela’ (2010), con varias reediciones, y en el ámbito taurino es un clásico ‘La tauromaquia▶ compendio de las Bellas Artes’ (2012). Sobre Madrid, destaco ‘Ciento veintiuno para el XXI▶ madrileños’ (2003) y ‘Madrid en sus circos taurinos’ (2014).
Su importante contribución al acercamiento a la Historia de la senda hispánica en el mundo cuenta con libros de gran interés▶ ‘El lago español▶ Hispanoasia’ (2003), ‘La España oriental▶ cuatrocientos años de España en Asia y Oceanía’ (2005), ‘Empresas colectivas del pueblo español’ (2005), ‘De Eméritas a las Méridas’ (2007), ‘España en la rosa de los vientos’ (2009). Su pasión de español cabal se derrama en obras como ‘España desgajada▶ 1810-1898’ (1999), ‘La España olvidada’ (2006), ‘Lo que queda’ (2009), ‘Consecuencias militares de la Constitución de 1812’ (2012) y ‘Lealtades’ (2013). En suma, su dedicación a la investigación histórica es amplia y profunda con especial interés por la América Española y el Oriente Hispano, y sobre todo en este último ámbito con aportaciones relevantes.
Presidente y singular impulsor de la Federación de Asociaciones de Radio y Televisión de España e histórico presidente de la Asociación de Profesionales de Radio y Televisión de Madrid, renovó los prestigiosos premios Antena de Oro y creó los Micrófonos de Oro. Era un creador. A su impulso y amistad debí ser durante un tiempo presidente de la Federación, de modo que tuve el honor de convertirme, por su decisión, en antecesor suyo. No he destacado aún el para mí acaso mayor de los valores de Federico▶ su tributo permanente a la amistad. Era como nadie amigo de sus amigos. Recuerdo el día en que tuve la fortuna de presentar a dos de mis amigos más entrañables▶ Alberto Ruiz-Gallardón y Federico Sánchez Aguilar. Una ocasión inolvidable para mí.
En el camino de la vida me quedan innumerables vivencias, como su casa en Covaleda, un viaje singularísimo a Nueva York y a las cataratas del Niágara, aderezado por su humor sin límites, tantas conversaciones que el tiempo custodiará siempre. Entre ellas su conocimiento de Baler, que le nombró Hijo Adoptivo. Federico descendía de uno de aquellos ‘últimos de Filipinas’. Él era acaso un ‘último de Filipinas’, un ejemplo de periodismo que echaremos de menos. Descanse en paz el amigo del alma.