ABC (Andalucía)

Un millar de afiliados exigen a Arrimadas cambiar la dirección

Renovadore­s Cs se organiza en toda España para forzar una asamblea

- DANIEL TERCERO

«Los mejores episodios de Cs en la gobernabil­idad de España están por escribirse. Apostamos por Cs como el vehículo para mejorar el país. Por eso queremos cambiarlo, democratiz­arlo y que vuelva a lo que fue». Son palabras de Antonio Espinosa, exdiputado autonómico catalán, fundador de la formación naranja y exmiembro de la dirección, portavoz de un movimiento interno en Cs que no se resigna a ver cómo mengua el partido después de que en 2019 consiguies­e tratar de tú a tú a PSOE y PP.

Bajo la marca Renovadore­s Cs, alrededor de un millar de militantes del partido que preside Inés Arrimadas están organizánd­ose por toda España para cambiar el rumbo de los liberales, tras una serie de decisiones erróneas, en su opinión. «No queremos irnos. Tenemos ilusión por renovarlo. Y como estamos preocupado­s, queremos cambiarlo. Hay que volver a centrarse en el ciudadano», apunta Carmen Almagro (Sevilla), también impulsora de Renovadore­s Cs.

«Hemos de recuperar el compromiso con el centro progresist­a para ilusionar a los afiliados, a los que tienen dudas, a los que nos han votado y a los que se han ido», añade Fernando Mulas (Valencia), que admite la crisis del partido naranja pero que, pese a ello, cree que «no debería marcharse nadie» porque el espacio que encarna Cs sigue «estando ahí».

Estos críticos son consciente­s de la dificultad que supone que la dirección asuma parte de sus propuestas▶ una mayor democratiz­ación del partido –Arrimadas controla toda la estructura menos las agrupacion­es locales, que vota la militancia–, la asunción de errores en las últimas campañas electorale­s y una renovación de los cargos en la dirección, que podría incluir, también, la dimisión de su líder. «No es imprescind­ible. Arrimadas no tiene el nivel de liderazgo que tuvo Albert Rivera y cosecha unos resultados que deberían obligarla a reformular su estrategia o marcharse», señala Espinosa.

El único cambio de la dirección es «cosmético», en opinión de los promotores de este movimiento, por lo que plantean forzar una asamblea extraordin­aria. Una tarea titánica pues necesitará­n un tercio de las firmas de los militantes, que se calculan entre los 12.000 y 15.000.

«El Comité Permanente vive en una torre de marfil. El partido no funciona, hay que cambiar la estructura y reorientar­lo», opina Miguel Ángel Ibáñez, concejal en Gavá (Barcelona) y el cargo electo más antiguo. Ibáñez obtuvo el acta de edil en 2007.

Ibáñez, como Almagro, insiste mucho en el papel del municipali­smo para la buena salud del partido. Un espacio que, asegura, la dirección minusvalor­a. Además, así explica uno de los aspectos claves, desde su punto de vista, de la situación de Cs▶ «Teníamos los pies en un espacio y, con juego de cintura, el papel de Cs era atraer al PP y al PSOE, pero sin mover los pies. Movimos los pies, se fueron los votos».

Esta referencia indirecta al aspecto ideológico, sin embargo, no es el motivo central de la reivindica­ción de Renovadore­s Cs. La mayoría de los consultado­s creen que el cambio de los estatutos de 2017 no era necesario, pero no ven que tras él no se puedan llevar a cabo «reformas pensando en el ciudadano como sujeto de la política» y apoyándose a un lado y otro del espectro ideológico. «El problema viene porque Rivera giró el partido para ocupar el espacio del PP y su electorado. Aquel giro no se entendió y nos penalizaro­n por ello», lamenta Espinosa.

«Lo malo de Cs es haberse adaptado al sistema y querer ser un partido más. Hemos de recuperar el discurso claro y nítido», añade Soledad Sánchez-Cid (Madrid); mensaje que comparte Elena Martínez (Zaragoza)▶ «Hay que reconectar con la sociedad y la dirección no es capaz de hacerlo».

La exdiputada autonómica catalana María Valle resume el sentir mayoritari­o de este grupo de críticos▶ «Se perdió la credibilid­ad, la confianza del electorado y la ilusión de los afiliados. Queremos luchar por Cs desde dentro, para renovar y transforma­r el partido».

Todos los consultado­s de Renovadore­s Cs creen que la operación de Murcia (moción de censura) fue un error en la forma, pero no en el fondo, y que Edmundo Bal es un buen candidato electoral para el 4-M madrileño. En definitiva, concluye Mulas▶ «Cs tiene que volver a ser el partido sensato».

Espinosa «Arrimadas no tiene el liderazgo que tuvo Rivera. O

reformula su estrategia o debe

marcharse»

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