Un millar de afiliados exigen a Arrimadas cambiar la dirección
Renovadores Cs se organiza en toda España para forzar una asamblea
«Los mejores episodios de Cs en la gobernabilidad de España están por escribirse. Apostamos por Cs como el vehículo para mejorar el país. Por eso queremos cambiarlo, democratizarlo y que vuelva a lo que fue». Son palabras de Antonio Espinosa, exdiputado autonómico catalán, fundador de la formación naranja y exmiembro de la dirección, portavoz de un movimiento interno en Cs que no se resigna a ver cómo mengua el partido después de que en 2019 consiguiese tratar de tú a tú a PSOE y PP.
Bajo la marca Renovadores Cs, alrededor de un millar de militantes del partido que preside Inés Arrimadas están organizándose por toda España para cambiar el rumbo de los liberales, tras una serie de decisiones erróneas, en su opinión. «No queremos irnos. Tenemos ilusión por renovarlo. Y como estamos preocupados, queremos cambiarlo. Hay que volver a centrarse en el ciudadano», apunta Carmen Almagro (Sevilla), también impulsora de Renovadores Cs.
«Hemos de recuperar el compromiso con el centro progresista para ilusionar a los afiliados, a los que tienen dudas, a los que nos han votado y a los que se han ido», añade Fernando Mulas (Valencia), que admite la crisis del partido naranja pero que, pese a ello, cree que «no debería marcharse nadie» porque el espacio que encarna Cs sigue «estando ahí».
Estos críticos son conscientes de la dificultad que supone que la dirección asuma parte de sus propuestas▶ una mayor democratización del partido –Arrimadas controla toda la estructura menos las agrupaciones locales, que vota la militancia–, la asunción de errores en las últimas campañas electorales y una renovación de los cargos en la dirección, que podría incluir, también, la dimisión de su líder. «No es imprescindible. Arrimadas no tiene el nivel de liderazgo que tuvo Albert Rivera y cosecha unos resultados que deberían obligarla a reformular su estrategia o marcharse», señala Espinosa.
El único cambio de la dirección es «cosmético», en opinión de los promotores de este movimiento, por lo que plantean forzar una asamblea extraordinaria. Una tarea titánica pues necesitarán un tercio de las firmas de los militantes, que se calculan entre los 12.000 y 15.000.
«El Comité Permanente vive en una torre de marfil. El partido no funciona, hay que cambiar la estructura y reorientarlo», opina Miguel Ángel Ibáñez, concejal en Gavá (Barcelona) y el cargo electo más antiguo. Ibáñez obtuvo el acta de edil en 2007.
Ibáñez, como Almagro, insiste mucho en el papel del municipalismo para la buena salud del partido. Un espacio que, asegura, la dirección minusvalora. Además, así explica uno de los aspectos claves, desde su punto de vista, de la situación de Cs▶ «Teníamos los pies en un espacio y, con juego de cintura, el papel de Cs era atraer al PP y al PSOE, pero sin mover los pies. Movimos los pies, se fueron los votos».
Esta referencia indirecta al aspecto ideológico, sin embargo, no es el motivo central de la reivindicación de Renovadores Cs. La mayoría de los consultados creen que el cambio de los estatutos de 2017 no era necesario, pero no ven que tras él no se puedan llevar a cabo «reformas pensando en el ciudadano como sujeto de la política» y apoyándose a un lado y otro del espectro ideológico. «El problema viene porque Rivera giró el partido para ocupar el espacio del PP y su electorado. Aquel giro no se entendió y nos penalizaron por ello», lamenta Espinosa.
«Lo malo de Cs es haberse adaptado al sistema y querer ser un partido más. Hemos de recuperar el discurso claro y nítido», añade Soledad Sánchez-Cid (Madrid); mensaje que comparte Elena Martínez (Zaragoza)▶ «Hay que reconectar con la sociedad y la dirección no es capaz de hacerlo».
La exdiputada autonómica catalana María Valle resume el sentir mayoritario de este grupo de críticos▶ «Se perdió la credibilidad, la confianza del electorado y la ilusión de los afiliados. Queremos luchar por Cs desde dentro, para renovar y transformar el partido».
Todos los consultados de Renovadores Cs creen que la operación de Murcia (moción de censura) fue un error en la forma, pero no en el fondo, y que Edmundo Bal es un buen candidato electoral para el 4-M madrileño. En definitiva, concluye Mulas▶ «Cs tiene que volver a ser el partido sensato».
Espinosa «Arrimadas no tiene el liderazgo que tuvo Rivera. O
reformula su estrategia o debe
marcharse»