El PNV escenifica su distancia con EH Bildu en el Aberri Eguna
Ortuzar valora el traspaso de Prisiones pero no renuncia al «derecho a decidir»
Por segundo año consecutivo el nacionalismo vasco celebró ayer el Aberri Eguna (el día de la patria) aislado y dividido, primero por las medidas impuestas por la propia pandemia, pero también por la escenificación de las diferencias que el PNV y EH Bildu mantienen y que ninguna de las formaciones ocultó en una celebración de nuevo descafeinada por el Covid.
El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, quien pronunció un pequeño discurso ante varias decenas de cargos de su partido en el Euskalduna de Bilbao, acusó a EH Bildu de querer el «cuando peor, mejor» con tal de erosionar al PNV. «Prefieren que todo vaya mal. Quienes inventaron aquello de ‘socializar el sufrimiento’ ahora parecería que quieren socializar la frustración y el pesimismo», dijo, en referencia a la estrategia de ETA y de su entorno hace tres décadas para extender la amenaza terrorista a concejales y otros cargos públicos. Para el líder del PNV «los abertzales auténticos» tienen que «llenar la botella» frente a quienes aparentemente dibujan escenarios apocalípticos y «proponer soluciones». «Los abertzales del PNV entendemos así nuestra misión en un momento histórico», dijo. Y prueba de cómo este partido «responde» a los ciudadanos en estos momentos de crisis fue la ausencia del lehendakari, Iñigo Urkullu, y de la consejera de Salud,
Gotzone Sagardui, a este acto, porque a la misma hora estaban visitando un nuevo «vacunódromo» en Durango. El presidente del PNV emplazó a la formación de Arnaldo Otegi a que aparque los «dimes y diretes» políticos para abordar la fenomenal tarea que hay por delante▶ «construir la Euskadi pos-Covid». «El PNV es un partido abertzale, que cree que la construcción nacional se hace con pasos medidos pero firmes hacia la casa común de los vascos, hacia el logro de poder decidir aquí nuestro presente y nuestro futuro», añadió Ortuzar.
Destacó, además, la promesa del Gobierno de Pedro Sánchez de transferir la gestión de las Prisiones vascas, pero advirtió que el nacionalismo no se conforma con eso y que no renuncia a que el «derecho a decidir» forme parte de un «nuevo pacto político».
La izquierda abertzale, por su parte, celebró el Aberri Eguna por su cuenta con «gestos» de pequeño formato en un centenar de plazas, una iniciativa impulsada por la plataforma Euskal Herria Batera a la que se sumó Podemos. El partido morado, que ha cambiado varias veces de liderazgo en Euskadi tras su fundación, participó de manera intermitente en esta conmemoración. Su actual coordinadora, Pilar Garrido, enfatizó en la víspera que lo festejan «sin complejos» aunque con un enfoque más centrado en la «defensa de los servicios públicos».