La Policía alemana no interviene en las protestas para evitar más contagios
Stuttgart registra una marcha multitudinaria contra las restricciones anti-Covid, sin mascarillas ni distancia de seguridad
Varias ciudades alemanas han sido este pasado fin de semana escenario de manifestaciones convocadas por el movimiento ciudadano ‘Querdenken’, que puede traducirse como pensamiento lateral o pensamiento alternativo, contras las restricciones dictadas por el Gobierno para luchar contra la pandemia. Mientras en las demás se respetaron las normas de distancia y mascarilla, en la de Stuttgart, donde se reunieron más de diez mil personas según los cálculos de la policía, los manifestantes incumplieron masivamente estas normas ante la pasividad de los agentes, que al principio de la marcha advirtieron a través de altavoces que la manifestación sería disuelta si no eran respetadas pero que finalmente no intervino.
Carsten Höfler, el jefe de la Policía de Stuttgart, calificó ayer el comportamiento de la manifestación como «extremadamente insatisfactorio». Si bien los manifestantes se mostraron «en gran parte pacíficos», «casi nadie se adhirió a los requisitos impuestos por el ayuntamiento para autorizar la marcha», dijo, y explicó que «con más de 10.000 personas, por supuesto, no podemos cargar con solidez y rigor». «Una intervención habría servido solamente para dar lugar a episodios violentos y concentrar a la multitud, por lo que aumentaría el riesgo de infección». La Policía se limitó a identificar personas para cursar las consiguientes multas, que ascienden a 254 informes, pero las multas no evitarán los supuestos efectos de contagio que semejante multitud sin protección desencadenará.
Algunos de los manifestantes, además, no eran tan pacíficos. El periodista David Peters de Dortmund fue atacado en la calle Bundesstrasse por uno de ellos, que fue arrestado. Un equipo de la televisión pública ARD interrumpió una transmisión en directo porque al periodista le fue arrojado un objeto contundente al grito de «prensa mentirosa». Cualquiera que usara mascarilla era increpado por la multitud y acusado de ‘cobarde’. El alcalde de Stuttgart, el cristianodemócrata Frank Nopper, anunció ayer su intención de prohibir en adelante los eventos que intente registrar el movimiento ‘Querdenken’ en la ciudad y sancionar con multas el comportamiento ilegal de los participantes en esta manifestación. El ayuntamiento se queja de que el Ministerio de Asuntos Sociales les enviase un informe en el que se evaluaron ‘incorrectamente’ los riesgos de la marcha y señala que un informe que hubiera contenido una advertencia habría tenido como consecuencia su prohibición. «Pero eso no sucedió», enfatizaba ayer el alcalde, decidido también a cursar una demanda contra los convocantes, «probablemente estemos en el área del derecho penal».
Estas manifestaciones, también celebradas en Colonia, Hamburgo, Kassel y Berlín, convocan a un heterogéneo conjunto de personas▶ desde quienes protestan contra el ataque a las libertades fundamentales y derechos civiles, pertenecientes a la escena ‘antifa’, de extrema izquierda o ‘antivacunas’ hasta ultraderechistas, partidarios de teorías conspirativas o viejos conocidos que, antes de la pandemia, se manifestaban en marchas contra la destrucción del clima. En la de Stuttgart, con más de 15.000 asistentes según los convocantes, las pancartas protestaban contra el «caos normativo», contra quienes «se llenan los bolsillos con el negocio de las mascarillas» y contra «la vuelta a los tiempos de la RDA», en referencia a la Alemania comunista que prohibía viajar al extranjero. Las autoridades alemanas no son ajenas a este descontento. «Lo único que queremos es el final de la dictadura Covid, en la que los políticos y las grandes empresas se están aprovechando del miedo a un virus para extender un régimen de control a los ciudadanos injustificado y para lucrarse con ello», declaraba durante la marcha un profesor de Hamburgo a la televisión local.
Crisis de confianza
Agresiones a la prensa Varios periodistas fueron agredidos cuando informaban sobre la marcha en Stuttgart
El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, alertó el sábado en un discurso televisado sobre la «grave crisis de confianza» que ha generado la pandemia y reconoció los «errores» y los «reveses» en la gestión de la pandemia, como días antes había hecho públicamente la canciller Angela Merkel, después de varias rectificaciones y ante la confusión que causa el hecho de que cada uno de los Bundesländer esté imponiendo sus propias restricciones. «Un sentimiento de impotencia y frustración se extiende entre la población y a las preocupaciones sobre la salud, el colegio, el trabajo y la economía se añade una nueva dimensión de la pandemia▶ una crisis de confianza en las instituciones», dijo Steinmeier, que el pasado jueves.