Sama Bilbao y León Directora general de la Asociación Nuclear Mundial (WNA, en inglés)
Esta ingeniera española cree que «hay muchos impuestos que hacen que la energía nuclear no sea competitiva»
Nació en Bilbao, pero se crió en Madrid, donde estudió ingeniería en técnicas energéticas en la Politécnica. Se fue a Wisconsin (EE. UU.) a estudiar un doctorado de ingeniería nuclear y, después, trabajó en la eléctrica Dominion. Más tarde estuvo tres años en Viena, en el Organismo Internacional de la Energía Atómica. Después volvió a EE.UU. «porque tuve una oportunidad fabulosa para crear y desarrollar un programa de ingeniería nuclear en la universidad de Richmond, en Virginia, donde hay mucha industria nuclear». Pero en 2018 volvió a Europa, a París, a la Agencia de Energía Nuclear de la OCDE y, en octubre de 2020, se trasladó a Londres para ocupar el cargo de directora general de la Asociación Nuclear Mundial.
—Por su condición de mujer, ¿ha tenido problemas en el desarrollo de su dilatada carrera profesional?
—No sé si soy la excepción, pero mi vida profesional ha sido un placer. En mi casa nadie cuestionó que yo quisiera ser ingeniera y he tenido mucha suerte en todos los trabajos, en los que he tenido supervisores que me han dado las mismas oportunidades que al resto y me han apoyado mucho.
—La carrera profesional que ha tenido fuera de España, ¿la habría podido desarrollar en nuestro país?
—En España sería difícil porque la industria nuclear lamentablemente no ha tenido el apoyo de los gobiernos y de la sociedad.
—Usted dice que la energía nuclear es una heroína en la sombra.
—Cuando se pregunta a la gente en España de dónde viene la energía, el 90% dice que de las renovables. Y añaden que no recuerdan si viene algo de las nucleares, las cuales, se van a cerrar. Sin embargo, la energía nuclear genera desde hace muchos años una cuarta o quinta parte de la electricidad. Todos los días, las 24 horas al día, con cero emisiones de carbono y asegurando la estabilidad de la red.
—¿Cree que la energía nuclear está penalizada en España?
—Sí, por temas políticos se está penalizando con impuestos, tasas, etc... En España hay una serie de impuestos, algunos duplicados por la Administración central y las comunidades autónomas. Hay muchos impuestos que están haciendo que la energía nuclear no sea competitiva. Además, tenemos un mercado eléctrico que no solo no reconoce las cualidades de la nuclear, sino que da ventajas a las otras tecnologías. No estoy en contra de estas, pero hay que hacer un mercado eléctrico que reconozca las ventajas de todas las energías. Es necesario que los mercados den señales para una planificación a largo plazo y equilibrada. El Gobierno debe dar estabilidad y señales que incentiven a los inversores. —El sector nuclear en España se queja de que las centrales no son rentables por la fuerte carga fiscal.
—Hoy en día, en muchos mercados, tal y como están organizados, el precio de la electricidad no cubre los costes de producirla. Claramente, el mercado no está funcionando, es disfuncional. De hecho, el coste del kilovatio hora que nos llega a casa incluye otros costes medioambientales y políticas energéticas. Hay una necesidad muy imperiosa de reformar el mercado donde todas las energías puedan entrar y recuperar sus costes.
— ¿Es un error cerrar las nucleares en nuestro país hacia el año 2035?
—Sí, España está en una de las mejores posiciones en Europa para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París gracias en parte a la energía nuclear. Me parece increíble que en vez de continuar por ese camino y añadir generación de bajo carbono, estamos haciendo lo contrario. Nos vamos a cargar el 20% de nuestra generación que es de bajo de carbono. En unos años, nos vamos a ver en el dilema de que no solo no vamos a cumplir los objetivos de descarbonización, sino que no habrá estabilización de la red. Se han tomado decisiones caprichosas, dogmáticas y políticas.
—¿Cree que los ciudadanos tienen una opinión viciada de la energía nuclear?
—Históricamente, en la comunidad nuclear no hemos hecho un buen trabajo comunicando a las personas qué hacemos, cómo lo hacemos, etc .... Lamentablemente, se nos ha ido de las manos y estamos intentando recuperar el tiempo perdido.
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«Se han tomado
decisiones caprichosas, dogmáticas y políticas» sobre el cierre de las centrales nucleares