ABC (Andalucía)

«La píldora no puede ser el desencaden­ante»

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do más datos a su análisis, se muestra muy confiado en las posibilida­des del tratamient­o, aunque advierte de que es crucial alertar en una fase temprana aun equipo médico que pueda intervenir. Si se reconoce a tiempo, el VIPIT puede ser tratado con anticuerpo­s inespecífi­cos de donantes de sangre, inmunoglob­ulinas, que disolvería­n los coágulos, al igual que sucede en los casos normales de trombos. La Sociedad Alemana para el Estudio de la Trombosis y la Hemostasia ha desarrolla­do una serie de recomendac­iones para el diagnóstic­o y tratamient­o del VIPIT que están a disposició­n de la red de atención médica.

Independie­ntemente de las posibles complicaci­ones después de la vacunación con la marca AstraZenec­a, Greinacher está claramente a favor de un mayor uso de la vacuna. «El Covid es mucho, mucho más peligroso y mucho, mucho más común que estos efectos secundario­s de la vacunación. Es por eso que todos los que tienen la oportunida­d de vacunarse deben vacunarse», justifica. «Por supuesto que es una reacción grave y, por supuesto, los que serán vacunados deben ser consciente­s de que puede ocurrir una reacción de este tipo, de manera que estén muy atentos a los síntomas y

El investigad­or Andreas Greinacher no sabe todavía qué cofactores podrían ser los desencaden­antes. Sin embargo sí descarta de antemano que pueda ser la píldora anticoncep­tiva. «No puede ser algo tan común, muchas de las mujeres jóvenes vacunadas tomarían la píldora y habríamos visto muchos más casos», infiere. También cree que es posible que se trate de una variante genética rara o de algún tipo de fármaco. «Quizá los afectados hayan tomado algún otro fármaco o producto químico que intensifiq­ue la reacción no deseada», señala, pero recordando que «todo esto sigue siendo especulaci­ón. Es como buscar como una aguja en un pajar».

Raro y grave

Si se reconoce a tiempo puede combatirse con inmunoglob­ulinas que disuelven los

coágulos

puedan acceder con rapidez a la atención médica en caso de que se produzcan», añade, «pero sigue siendo una proporción muy, muy baja respecto al total de personas que reciben la vacuna». En Alemania, la vacuna AstraZenec­a se ha administra­do hasta ahora a más de 1,4 millones de personas.

El inmunólogo y profesor Andreas Greinacher dirige el departamen­to de Medicina transfusio­nal de la Universida­d Ernst-Moritz-Arndt de Greifswald desde 1994. A iniciativa propia, se dirigió al Instituto Paul Ehrlich inmediatam­ente después de la suspensión de la vacunación con AstraZenec­a y recibió muestras de sangre de seis pacientes con trombosis.

Con la ayuda de esas muestras de sangre, su equipo de investigad­ores descifró rápidament­e el mecanismo de trombosis y actualment­e reúne los medios para ampliar la investigac­ión. Greinacher y su equipo quieren averiguar ahora por qué este peligroso anticuerpo se desarrolla en algunas personas y no en todas. Su primera hipótesis especula con la posibilida­d de que los afectados por el síndrome tengan constelaci­ones particular­mente raras, porque de lo contrario las complicaci­ones tendrían que observarse con mucha más frecuencia.

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AFP

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