En la piel
aprendieron
sus nadadoras con
Las signos «Quería
de lengua japoneses. la cultura matices
la que conocieran para que del país
experiencia profunda
la mejor recuerden vivan un
y lo llevarse Tokio de No solo RFEN siempre. FOTOS: llavero». igual a una edad que a otra porque no se ha vivido lo mismo. Este año hemos ganado en ritmo y en cohesión de los cuerpos; están más sincronizadas en ese aspecto que antes. Y se conocen más entre ellas. Hay equipos técnicamente buenos, pero que no tienen esta comprensión entre todos», explica. En caso de clasificarse en el preolímpico –aplazado de marzo a principios de mayo– para muchas de las nadadoras será su primera experiencia olímpica. De ahí que Fujiki hable de presente y de futuro. «El objetivo está claro que es el billete a Tokio, pero queremos presentar a este equipo de una forma que impresione e impacte también para el futuro. En la sincro hay que ganarse a los jueces y decirles quiénes somos, y para convencerlos falta tiempo. Y este equipo puede crecer mucho para 2024».
Por ideas no será, porque al mensaje universal en lenguaje de signos en la rutina técnica, se unirá una historia de evolución, como es este grupo, en la libre. «Queremos explicar la teoría de la evolución de Darwin; desde la mitocondria, los animales▶ una iguana, una tortuga; y llegar hasta el ser humano, en cuatro minutos. En
RETO Clasificado
el dúo, se busca el billete para el equipo y ganarse a los jueces para
2024
esta rutina queremos subrayar la potencia de movimientos que tienen estas chicas y también una parte artística muy fuerte».
Este año de añadido también ha deparado que Ona Carbonell, retirada temporalmente para ser madre, haya podido regresar al agua con su hijo Kai en brazos, dos meses después de dar a luz. «Sabíamos que a Tokio no, pero sabíamos también que podría seguir mejorando después del bebé. Nos lo hemos tomado semana a semana para no añadir presión. Había seis meses hasta el preolímpico de marzo, y ahora hay algo más. Si llegamos, bien, pero se debe ganar el puesto. El cuerpo tiene memoria. Ona ha podido perder algo de físico, pero tiene mucho nivel de técnica y eso es difícil perderlo. Y se ha implicado muchísimo».
Ya no es natación sincronizada sino artística, algo que pega más con el espíritu de este deporte. «Yo busco que se nade con el corazón. Por eso es importante encontrar la coreografía que puedan sentir las chicas y hacerla nosotras y nuestra. Luego se notan esos cuatro minutos». Cuatro minutos de inclusión, igualdad, esperanza y futuro en un idioma universal.