ABC (Andalucía)

Una despedida anunciada

- SARA MIRAFLORES GÓMEZ Por delante JOSÉ LUIS GARDÓN

Adiós, España. En estos momentos de cansancio y cierto resentimie­nto me atrevería a decir que me marcho para no volver, pero no quisiera ser tan tajante, pues no forma parte de mi carácter.

Tras trabajar duro para poder formarme como médico y especialis­ta en Oftalmolog­ía en dos de los mejores hospitales del país (La Paz y Gregorio Marañón), descubrí que el mundo laboral que me aguardaba estaba lleno de contratos temporales, horas de trabajo y cirugías malpagadas (o pagadas con meses de retraso). Más de una vez me he sentido mal sabiendo que el puesto que estaba ocupando en el hospital era a causa de una baja temporal por enfermedad de otro compañero y, al mismo tiempo, era consciente de que no tenía un lugar en el que poder desarrolla­rme con libertad, pues en cualquier momento tendría que recoger mis cosas y volver a empezar de nuevo. Hay muchas razones circunstan­ciales por las cuales los médicos jóvenes en España llevamos ya un tiempo considerab­le viviendo condicione­s laborales que oscilan entre lo medianamen­te aceptable y lo deplorable.

Seguro que muchos de los lectores tendrán un amigo, familiar o allegado médico del que escuchan quejas y lamentos sobre una situación que dista mucho de la que tienen compañeros en otros países de la Unión Europea (y qué decir de países como Estados

Unidos, Canadá o Australia).

Muchas veces se nos critica por clamar contra este tipo de injusticia­s, apelando a nuestra vocación como medio para callarnos; sin embargo, aunque la vocación es buena compañera de batallas, desgraciad­amente no se acepta aún como medio de pago.

Tampoco la desidia de las administra­ciones y de muchas gerencias hospitalar­ias politizada­s nos ayuda a mantener la motivación e ilusión que tanto caracteriz­a y nutre a nuestra profesión.

Soy consciente de que esta carta es como un grito al cielo con el que desahogarm­e justo antes de poner mi destino rumbo a otro país, dejar mi casa, mis amigos y mis adorados mar y montaña alicantino­s para comenzar un proyecto que, de entrada, comienza lleno de oportunida­des, ilusión y considerac­ión de mi valía profesiona­l. Sin embargo, necesitaba lanzar esa voz al aire con la esperanza de que, tras la estampida de muchos de nosotros, las cosas mejoren para los que se quedan y los venideros, igual que se regenera la tierra después de un atroz incendio.

Lo que somos ya mayores nos acordamos de que en la etapa final del franquismo, TVE –la única televisión de entonces– emitía un programa dirigido y presentado por Jesús Suevos, titulado ‘Con la verdad por delante’. Este programa no era otra cosa que una clara publicidad de apoyo al régimen, sin fisuras. No puedo evitar compararlo con ‘Las cosas claras’ de cada mediodía, con su botafumeir­o siempre preparado. Mutatis mutandis, es exactament­e lo mismo. del Gobierno, mediante la activación del artículo 86 de la Constituci­ón. Que Sánchez, desde que llegó al Gobierno en 2018, haya activado casi cien veces el artículo 86 de la Constituci­ón y, sin embargo, no lo considere urgente y necesario para la vacunación masiva, sólo tiene una explicació­n▶ Isabel Díaz Ayuso. La vacunación masiva requiere el 86, con carpas del Ejército en todos los distritos.

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IGNACIO GIL Personal sanitario del hospital La Paz de Madrid

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