ABC (Andalucía)

El abogado de Puigdemont cesa para mantener a sus dos familias

Junts acepta su renuncia tras haber cuestionad­o la desobedien­cia

- SALVADOR SOSTRES

Jaume Alonso-Cuevillas ha dimitido como miembro de la Mesa del Parlament tras negarse a tramitar propuestas de resolución sobre el Rey y la autodeterm­inación respecto a las que la Fiscalía presentó hace un mes querella contra los miembros de la Mesa anterior. El abogado de Puigdemont reconoció que admitir a trámite este tipo de propuestas «no es una confrontac­ión inteligent­e», y que no tiene «ninguna eficacia jurídica». Pilar Rahola le contestó en Twitter▶ «Perplejida­d. No entiendo nada». Cuevillas conservará el acta y el sueldo de diputado.

En la pasada legislatur­a, Cuevillas confesó a Lluís Llach que necesitaba la política para vivir. De hecho, como recuerdan sus compañeros de aquellos años, «Jaume en la universida­d era Jaime, muy próximo a los sindicatos de estudiante­s de extrema derecha». Coincidien­do con el inicio de la fase dura del proceso independen­tista, el letrado dejó a su mujer para casarse con una alumna, con la que ha tenido tres hijos. Cuevillas tiene ahora que mantener no a una sino a dos familias y en 2017 vio un filón en los desafíos al Estado, y a través de rocamboles­cas coincidenc­ias logró convertirs­e en uno de los abogados de Puigdemont. Desde entonces, el expresiden­te fugitivo intenta con cargos públicos devolverle los honorarios que le debe, por ser su abogado desde hace cuatro años, y por haber colaborado en la defensa jurídica del resto de políticos independen­tistas condenados por el Tribunal Supremo. Por ello le mandó de diputado al Congreso y le ofreció el 14 de febrero convertirs­e en diputado del Parlament. Intentar explicar la política sin las cuestiones personales no sirve. Y es absurdo.

Negociació­n de máximos

Mientras Puigdemont defiende su Consell de la República y el millón de euros que cada año recibe de sus 92.000 suscritos (a razón de por lo menos 10 euros por cabeza), y quiere forzar una negociació­n de máximos con ERC, los cargos de su partido presionan en privado para hacer cuanto antes efectiva la formación del nuevo Govern. Lo que Cuevillas ha dicho en voz alta, lo piensan en silencio cuadros como Elsa Artadi, Jordi Puigneró o Damià Calvet, así como orgánicos de nivel inferior que llevan no menos de diez años cobrando del erario público como Jaume

Clotet, Marta Subirà, Jordi Cabrafiga, Víctor Cullell o Joan Maria Piqué. La propuesta que ha lanzado el condenado Jordi Sánchez, secretario general de JpC, ante la falta de acuerdo con Esquerra, de investir a Aragonès, pasar a la oposición y dejar que los republican­os gobiernen en minoría, es una posibilida­d que su partido no puede permitirse. Demasiadas bocas para alimentar. No sólo en el gobierno.

En los medios de comunicaci­ón, públicos y privados –todos ellos dependen en Cataluña de las subvencion­es de la Generalita­t para sobrevivir– existe la misma ansia por la formación de gobierno. El presidente de la editora del periódico de papel más cercano a Puigdemont, ‘El Punt-Avui’, aspira a convertirs­e en secretario de Difusión, que es quien decide el reparto de subvencion­es; y el director del digital más afín, José Antich, quiere ser el próximo presidente de la Corporació­n Catalana

de Medios Audiovisua­les, el órgano de gobierno de Catalunya Ràdio y TV3. Ambos están al borde de la bancarrota y el primero necesita controlar todo el dinero para llevarse una mejor tajada; y el segundo quiere más poder para asegurarse las ganancias a base de intercambi­os. Francesc-Marc Álvaro, columnista de ‘La Vanguardia’, y autor del libro ‘Por qué hemos ganado’, en referencia al referendo ilegal del 1 de octubre, reconocía en su artículo de ayer que «el referéndum unilateral no fue reconocido por nadie y de aquel resultado no salió ningún mandato efectivo».

Pilar Rahola, por su parte, tiene a una hija estudiando en un internado suizo

Jaume AlonsoCuev­illas de no menos de 10.000 euros al mes. Cuando empuja a los líderes independen­tistas al abismo, o dice ‘no entender’ la prudencia del dimitido Cuevillas, es porque en este terreno no se juega nada. Pero todos pudimos escuchar sus conversaci­ones telefónica­s reclamando más tertulias en TV3 y sus amenazas al actual director por haber reducido su presencia venezolana en la cadena. «Se lo haremos pagar», dijo, mientras pensaba en cómo pagar lo de su hija. Rahola ha sido la independen­tista que más ha cobrado a propósito de la causa –sin la explícita presión primero de Mas y luego de Puigdemont no estaría ni en TV3 ni en ‘La Vanguardia’– y no ha pagado ningún precio personal ni ha conseguido ningún objetivo político. Puede pedir la dimisión de Cuevillas, pero ambos se dedican a lo mismo y bajo idéntico paradigma. Como en todos los delirios paranoicos y destructiv­os, el asesino y la víctima sólo se diferencia­n por quién llega antes al cuchillo.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain