Las elecciones en Groenlandia, un referendo sobre su independencia
El plan soberanista está basado en inversiones extranjeras para explotar sus recursos naturales
La independencia de Dinamarca no ha estado presente de forma explícita en la campaña de las elecciones que se celebran hoy en Groenlandia. La mayor parte de la atención ha estado fijada en la explotación de unos yacimientos de tierras raras en Kuannersuit, una de las mayores reservas del mundo, por parte de una empresa australiana con capital chino. Esta mina causó el pasado mes de febrero una fuerte polarización de la opinión pública y el abandono de la coalición de gobierno de su socio menor, una crisis política que dio lugar a su vez a estas elecciones anticipadas. Pero la decisión sobre esa explotación se ha convertido en un referéndum encubierto sobre la independencia definitiva de Dinamarca, puesto que las formaciones partidarias saben que esa es la única vía de financiarse como territorio independiente y poder prescindir del dinero público que llega anualmente desde Copenhague.
Un sondeo realizado por la Universidad de Groenlandia avanza que el mayor partido de la oposición, Comunidad para el Pueblo, ganará estos comicios y cerrará el yacimiento, puesto que su campaña defiende que «la mejor forma de ganar independencia es mejorar la producción de alimentos». Erik Jensen, exministro de Minería y líder del partido socialdemócrata Siumut, defiende en cambio la explotación de estos recursos como fuente rápida de recursos y capacidad de autogestión. Más que los 31 escaños que componen el Intsisartut, lo que hay en juego en estas elecciones es un plan independentista basado en inversiones extranjeras para explotar, a cambio, los recursos naturales de la isla.
Calentamiento climático
Desde la adopción en 2009 de un nuevo Estatuto de Autonomía, que recoge el derecho de autodeterminación, la isla de 56.421 habitantes y algo más de dos millones de kilómetros cuadrados (el 80% cubierto por hielo) ha visto su subsuelo como base de una futura separación de Dinamarca. El hecho de ser uno de los territorios más afectados por las consecuencias inmediatas del calentamiento climático, sin embargo, lleva a partidos como Inuit (IA), ecologistas, a oponerse a la explotación minera por motivos medioambientales. «En Groenlandia tenemos aire puro, una naturaleza con la que vivimos en armonía y no queremos destruir eso, por ese motivo y por la defensa de la población indígena, es mejor dejar las cosas como están», defiende Mariane Paviasen, diputada de IA, consciente de que sin la mina, Groenladia seguirá dependiendo de los 520 millones de euros anuales que recibe de los Presupuestos Generales de Dinamarca. El beneficio para Groenlandia de la explotación, en todo caso, está calculado en 200 millones de euros anuales.
Los contrarios al proceso exprés de independencia señalan otras vías de desarrollo económico, como la exportación de arena o de abonos naturales, el turismo o la agricultura y la pesca, que actualmente representa el grueso del PIB local y el 90% de sus exportaciones. Proponen nuevos repartos de cuotas y un plan de modernización de los aeropuertos. «Pero no será tan sencillo», dice Rasmus Leander Nielsen, profesor de la Universidad de Groenlandia, «en el caso de que ganen poder y rechacen la mina, tendrán que explicar al sector minero global que quieren seguir con la actividad y que su rechazo afecta solamente a este proyecto».
Los sondeos avanzan un 36% en la intención de voto para Inuit, mientras que Siumut obtendría un 23,2%. Pero el resultado de las elecciones sigue siendo incierto, pues al mismo tiempo habrá comicios municipales y el Siumut cuenta con ventajas en las votaciones regionales. 2.166.086 km² (el 80% está cubierta de hielo)
56.421 habitantes
37.800 $ por habitante