«No siento nada especial por ser cuarentón, soy igual de fuerte»

El mes de abril es especial para los golfistas. No solo marca el estallido de la primavera, tan deseada por todos los jugadores tras los rigores del invierno, sino que indica el arranque de los grandes torneos de la temporada. El Masters señala el camino y, cada temporada, significa la eclosión del mejor juego en el mejor escenario posible.

El Augusta National es el club más exclusivo del mundo y fue concebido para que solo fueran capaces de vencerle los hombres más diestros con los palos y los más finos estrategas. Y en esa relación de elegidos, tres españoles han conseguido entrar en el olimpo de los elegidos en los 84 años de vida del torneo▶ Severiano Ballesteros (1981 y 83), José María Olazábal (1995 y 99) y Sergio García (2017). Los dos primeros ya forman parte de la historia de este deporte, mientras que el castellonense sigue cosechando éxitos a pesar de haber superado ya los cuarenta.

A sus 41 años, García se siente más en forma que nunca y no nota que le pese la fecha de nacimiento. «No siento nada especial por ser un cuarentón –explica con una sonrisa–. Yo me siento igual de fuerte que siempre y con las mismas ganas de hacer cosas. Es verdad que con el paso del tiempo vas adaptando tus movimientos y tus entrenamientos para no desgastarte en exceso, pero si se miran mis estadísticas estoy en las mismas cifras de distancia que la mayoría de los jugadores del circuito, no noto que esté en desventaja por ser mayor que ellos».

No deja de ser importante este matiz, ya que la nueva generación de los Jordan Spieth, Justin Thomas o Jon Rahm no da tregua a los veteranos, por lo que debe mantenerse a tope cada temporada sin bajar la guardia. Y eso se hace duro cuando llegan unas circunstancias como la de la pandemia, que trastocan los planes de todo el mundo.

«A mi me afectó muy directamente, pues fueron unos meses muy duros – recuerda–. Desafortunadamente dos hermanos de mi padre, los tíos jugado ya ocho torneos y en la mitad de ellos ha quedado entre los doce de arriba, con especial relevancia para su última cita, el Mundial Match-Play, donde concluyó en la quinta plaza.

Motivado para el Masters

De manera que esta semana llega al escenario de su mayor gesta deportiva en plena forma. Las sensaciones, lejos de ser agridulces, se le presentan de lo más positivas. «Llego con muchas ganas y muy motivado, pero no diría que con ánimo de revancha por no haber participado el año pasado –indica–; solamente voy con mucha energía y como siempre, intentando hacer las cosas bien».

Ya con la experiencia que le dan las veintidós ediciones anteriores jugadas, sabe que la paciencia es un factor fundamental para afrontar esta semana, por lo que no llega con urgencias. «Esperemos que salga la semana bien y que tenga opciones de ganar otro Masters, lo que sería muy bonito. Evidentemente, ya tengo la experiencia de haberlo ganado y hay errores que no debería repetir, pero hay que ver cómo van las cosas cuando empiece el torneo y esperar a cómo se desarrolla todo. Hay muchos factores que se te escapan, como el clima o la dureza del campo, que no puedes controlar, por lo que no merece la pena agobiarse antes de tiempo».

En su nueva etapa de madurez personal y profesional, García ha aprendido a extraer lo mejor que le va ofreciendo la vida en cada momento. Por eso, lo que saca en claro del primer año de la pandemia fue «el nacimiento de mi hijo Enzo, que fue increíble y la estrecha vida familiar que he podido tener en estos meses. Lo he disfrutado mucho y me ha dado muchas energías para afrontar mis retos profesionales». El próximo comienza este jueves y Sergio lo tiene muy presente. No le vendría nada mal una segunda chaqueta verde en su ropero.