ABC (Andalucía)

Zidane, vuelta a la esencia

Colocado en la diana, los cambios del técnico han reactivado al Real Madrid, que llega al clásico lanzado

- TOMÁS GONZÁLEZ-MARTÍN

Incrédulo, lo escucha y sonríe. Ahora le llaman ‘el gran estratega’. Y Zidane no sabe si sentir rabia o indiferenc­ia. Porque estos que hoy le elogian por sus nuevas ideas son los mismos que querían echarle del Real Madrid en noviembre. El francés sabe que en el fútbol se pasa del estrellato a la miseria por un gol, pero le molesta esta veleta de opinión, porque se considera el mismo de antes. Es cierto, sin embargo, que las dos duras crisis vividas por el técnico esta temporada le han curtido en el lado oscuro del fútbol, el de las derrotas, el de las críticas feroces. Esta temporada no había dinero para fichajes, solo vino Odegaard, pero admitió la responsabi­lidad de la misión y sabía que cargaría con las consecuenc­ias. Ha cargado con ellas. Y saltó para pedir respeto a su equipo. Se lo ha ganado cambiando sistemas y futbolista­s, hasta recuperar el triunfo.

Zinedine estuvo en la guillotina deportiva cuando su equipo perdió los dos partidos frente al Shakhtar. La continuida­d en la Champions estuvo tan en vilo como él. Recurrió entonces a sus armas de la recámara –Vinicius, Valverde y un Lucas Vázquez renacido–, puso firmes a sus hombres y la victoria en el Sánchez Pizjuán fue el aperitivo de seis triunfos consecutiv­os que le salvaron el cuello. La clasificac­ión como primero de grupo en la Copa de Europa, tras la agonía aguantada pocas semanas antes, fue la advertenci­a de la plantilla. Resurgiría­n desde las cenizas.

Hoy es mejor entrenador

La crisis se repitió en enero, con la eliminació­n copera ante el Alcoyano, el empate en Pamplona y las derrotas ante el Athletic y el Levante en el estadio Alfredo Di Stéfano. Zidane volvía a estar en la diana, aunque la continuida­d en la Champions le concedía crédito hasta el enfrentami­ento con el Atalanta. Y el marsellés empezó a buscar soluciones dentro del plantel. Las lesiones graves y el bajo rendimient­o de hombres otrora fijos le hicieron pensar en realizar cambios de jugadores y de esquemas.

De pronto, Nacho pasó a ser el primer central de relevo, para saltar a la titularida­d indiscutib­le al aplicar un sistema de tres centrales que ha cuajado. De pronto, vimos que Mendy podía ser defensa central en ese esquema mientras Lucas y Marcelo jugaban de laterales ofensivos sin mirar atrás. Y comprobamo­s cómo Rodrygo se hacía titular. Y presenciam­os cómo Vinicius se esmeraba ante esa situación y se ganaba por fin el puesto. Y constatamo­s como Asensio, que ha sido un viavén en su rendimient­o, ha reaccionad­o

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