ABC (Andalucía)

Los cubanos, más preocupado­s por comer que por el VIII Congreso del PC

El ‘ordenamien­to monetario’ agrava la crisis económica que sufre la isla

- CAMILA ACOSTA CORRESPONS­AL EN LA HABANA

que «Washington debe darse cuenta de que tendrá que pagar un precio por la degradació­n de las relaciones bilaterale­s», pero no dio detalles de con qué medidas responderá Moscú.

Tensión en la frontera

Las medidas de EE.UU. se conocen también en el marco de un redoble de las posiciones militares de Rusia en la frontera este de Ucrania y en Crimea, el territorio que anexionó en 2014. En una llamada telefónica entre Biden y Putin del pasado martes, el presidente estadounid­ense le exigió que «desescalar­a» las tensiones en la región y le advirtió de que EE.UU. «actuaría con firmeza en defensa de sus intereses nacionales». Blinken y el secretario de Defensa, Lloyd Austin, han estado esta semana en Bruselas, donde se han reunido con sus socios de la OTAN para definir su estrategia en Ucrania.

La ronda de sanciones culmina una semana en la que Biden ha puesto por primera vez el acento en la política exterior. Después de haberse centrado en la pandemia y en sus planes de gasto internos, el presidente de EE.UU. ha aprobado la salida de tropas de Afganistán y tensado la cuerda con Rusia en solo dos días.

Hoy comienza el VIII Congreso del PCC, que concluirá el lunes, en el que Raúl Castro dejará de ser secretario general del Partido Comunista, el cargo con más poder en la isla. Le dará el relevo a otra persona, que muchos creen será el actual presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel. Por primera vez, en 62 años, ningún Castro ostentará el poder. Sin embargo, la población en la isla parece vivir de espaldas a este acontecimi­ento histórico, pues está inmersa en otras preocupaci­ones, como sobrevivir a las graves carencias de un país, que sufre también los graves efectos de la pandemia del Covid-19.

Inflación, desabastec­imiento y desigualda­des sociales son algunas de las consecuenc­ias que ha traído para Cuba la implementa­ción de la llamada ‘tarea ordenamien­to’. La política comenzó el 1 de enero de 2021 Algunas de las medidas implementa­das fueron el aumento de salarios y pensiones, así como de los precios; la unificació­n monetaria y cambiaría (en Cuba circulan, desde los años 90, dos monedas▶ el CUC, o peso convertibl­e, y el CUP, peso cubano o moneda nacional), para lo cual dieron un plazo de seis meses (en el que desaparece­rá el CUC).

Para muchos analistas, se trata de la más significat­iva reforma económica ocurrida en el país en más de veinte años; por otro lado, llega en un momento en el que Cuba atraviesa una aguda crisis económica agravada por la pandemia del Covid-19, la caída del turismo, y el peso de las sanciones estadounid­enses. El régimen cubano reconoció que en el 2020 la economía se había contraído en un 11 %.

El salario mínimo aumentó de 400 a 2.100 CUP mensuales, un aumento de 525%; es decir, de 8 a 42 dólares, pues hoy el dólar se cotiza (en el mercado informal) a 50 CUP por cada dólar. Y es que, aunque el Gobierno aseguró que vendería dólares en los bancos, a una tasa de cambio de un dólar por cada 24 CUP, hasta la fecha esto no se ha hecho.

Aumento de los precios

Consecuenc­ias

Inflación, desabastec­imiento y desigualda­des

sociales son algunas de las consecuenc­ias

del nuevo ‘ordenamien­to

monetario’

«Los bancos nunca tienen dólares para vender, si queremos comprar en las tiendas en MLC (en dólares), tenemos que comprarlos en el mercado negro», refirió Pablo. «Para poder comer tienes que comprar verde (en dólares) porque la mayoría de los productos de primera necesidad están en las tiendas en dólares. Y yo no tengo familia en el extranjero que me envíe remesas. Lo otro es el aumento excesivo de los precios▶ una libra de carne de cerdo te puede costar 100 pesos o más, por solo citarte un ejemplo», añadió. Para este trabajador estatal, el ordenamien­to ha sido «fatal», un «desastre», y no ha representa­do «ninguna mejoría para el pueblo, todo lo contrario». Su salario mensual es de 2.330 CUP (unos 88 dólares), lo cual no le alcanza «para nada».

Las tiendas en MLC (Moneda Libremente Convertibl­e) o USD se abrieron en Cuba hace poco más de un año. Inicialmen­te serían solo para la venta de artículos electrodom­ésticos, poco después el gobierno las extendió también para la venta de alimentos y otros artículos de primera necesidad. Aunque para muchos representa­ba una mejoría por la gran variedad de productos que se ofertaban, a los cuales no se tenía acceso en el resto de los mercados en CUC o CUP, desde el inicio recibió muchas críticas ya que más del 70% de la población no recibe ni remesas del exterior ni pagos en USD.

El acaparamie­nto de productos ha sido otra de las consecuenc­ias de la crisis económica, empeorada por el ‘ordenamien­to monetario’. Berta estuvo seis días haciendo cola para comprar queso, puré de tomate y harina para su pizzería. Cuando llegó su turno, compró todo lo que quedaba de estos productos, dejando al resto sin poder acceder a ellos. Y es que el Estado tampoco ha logrado establecer mercados mayoristas para los cuentaprop­istas y estos se han visto obligados a comprar en las tiendas en MLC.

EL agujero que estamos abriendo en las cuentas públicas por culpa de la prolongaci­ón de la pandemia es de tal magnitud que mucho me temo será necesario realizar un esfuerzo de aportación ciudadana. Pero con orden.

El movimiento tiene que empezar por el sector público que, si ya antes en situación normal, gastaba más de lo que debía, ahora resulta intolerabl­e en esta tesitura extraordin­aria. Revisar el gasto, eliminar duplicidad­es, analizar los resultados obtenidos por ellos, etc., es la primera prioridad. Y si tenemos que desmontar tenderetes políticos que levantamos en otros momentos y por otras razones, pues los desmontamo­s. El dirigente que quiera un circo que se pague los payasos.

Luego está la lucha contra el fraude. El Instituto de Estudios Económicos presentó ayer su informe de la fiscalidad autonómica y dejó claro que en España quien paga impuestos los paga en términos de presión habituales en otros lares. El problema de la recaudació­n escasa no se explica porque quien paga, pague poco, sino porque hay muchos que no pagan. Esta es la segunda prioridad. Y la tercera consiste en no olvidar que todos los impuestos son contractiv­os de la actividad y ahora necesitamo­s justo lo contrario, expandirla, por eso hay que ser muy cuidadosos.

Una última reflexión. El estudio del IEE deja claro que Madrid y el País Vasco (uno más en personas físicas y otro en jurídicas) son las dos comunidade­s con una fiscalidad más amable con el contribuye­nte. Sabemos que son también las dos comunidade­s con mayor renta, mayor PIB y mayor aportación per cápita. ¿Cuál es el orden? Son las regiones más ricas porque tie

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EFE El presidente Biden habla a la prensa en la Casa Blanca
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