Alemania rompe su propia barrera▶ 300 muertos, 30.000 casos
Merkel se vacunará con AstraZeneca en pleno estallido de contagios
En medio de una ola de desconfianza hacia las vacunas, muy especial hacia la marca AstraZeneca, la canciller alemana da un paso al frente. Angela Merkel tiene 66 años, por lo que entra en el grupo de edad de mayores de 60 para los que sigue indicada la vacuna anglo-sueca en Alemania y, tras haber retrasado en una ocasión la cita de vacuna debido a compromisos oficiales, hoy se someterá al correspondiente pinchazo de forma voluntaria, aunque ayer el Gobierno no quiso confirmar la fecha.
Merkel da así ejemplo en un contexto en el que las autoridades alemanas comunicaron ayer cerca de 30.000 nuevos casos y 293 fallecidos en las últimas 24 horas. Según los datos publicados por el Instituto Robert Koch y tras dos semanas de aumento sostenido de contagios, se trata de la peor cifra registrada en el país desde el pasado 8 de enero y se produce justo la semana en que Angela Merkel ha decidido recentralizar el poder de los Estados federales para pilotar desde el Gobierno de Berlín la estrategia contra la pandemia. La cifra de contagios supera ampliamente los 21.693 notificados el miércoles, si bien la cifra de muertos registró un descenso desde los 342 decesos confirmados durante la jornada anterior.
Asimismo, señaló que la tasa de incidencia acumulada durante los últimos siete días es de 160,1 casos por cada 100.000 habitantes, con cerca de 218.600 casos activos. Esta cifra ha vuelto a registrar un alza durante los últimos días.
Mientras sigue su curso el trámite parlamentario de la reforma de la Ley de Protección contra Infecciones, que devolverá a Berlín competencias que estaban hasta ahora en manos de los gobiernos regionales de los Bundesländer, el vicecanciller de Alemania y ministro de Finanzas, el socialdemócrata Olaf Scholz, defendió la aplicación en todo el país del llamado ‘freno de emergencia’ y argumentó que «sería irresponsable mantener ahora un larguísimo debate científico sobre lo que podría hacerse de otra manera sin tomar medidas».
Este ‘freno de emergencia’ prevé medidas uniformes en todo el país, como la restricción de salida de las regiones con una incidencia de más de 100 nuevas infecciones en una semana por cada 100.000 habitantes, la limitación a solo una persona ajena al núcleo familiar con la que reunirse, tanto en la calle como en casa, el toque de queda entre las 21.00 horas y las 05.00 horas y el cierre del comercio no esencial, además del cierre de los colegios a partir de una incidencia de 200 en el distrito.
La peculiaridad de esta tercera ola de infecciones es que afecta a personas más jóvenes y que está sometiendo a mayor estrés al sistema sanitario alemán que las anteriores. «La mayoría de los pacientes son portadores de la variante británica del virus, más contagiosa, como indica la mención ‘UK-Mutante’ que hemos colocado en la puerta, y son mucho más jóvenes, la mayoría tiene entre 40 y 60 años», afirma Thomas Marx, director médico de la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital de Freising, en Baviera. «Con frecuencia hay que intubarlos y luchar mucho tiempo contra la enfermedad», explica, y añade que una cuarta parte de ellos termina falleciendo, a diferencia de lo que este mismo hospital experimentó durante la primera ola, en la que apenas registró decesos por coronavirus.
«La situación es grave», insistió Merkel, justificando la decisión de su Gobierno de arrogarse más poderes para combatir la epidemia.
Nueva ola «Los ingresados son mucho más
jóvenes, la mayoría tiene entre 40 y 60
años»