Convierte TV3 en su última trinchera
La televisión pública autonómica de Cataluña, TV3, tuvo en 2020 una cuota media mensual de pantalla del 14,6 por ciento. Fue líder en la región, pero su audiencia está lejos de las cifras de inicios de siglo, cuando superaba el 20 por ciento de cuota. Algunos meses de 2017, incluso, Antena 3 y Telecinco superaron a TV3. En definitiva, la televisión de la Generalitat, en paralelo al impulso independentista, se ha ido empequeñeciendo. Los grupos de la oposición en el Parlamento autonómico, desde el PSC al PP, pasando por Vox, los comunes y Cs, acusan a ERC y Junts de haber convertido TV3 en una televisión solo para secesionistas. La cadena es considerada por estos últimos como una estructura de Estado, nuclear del ADN nacionalista; y por los primeros, el último bastión a batir. se tratan, básicamente, los asuntos que interesan a la agenda independentista– y ahí defendió el papel de Don Juan Carlos en el 23-F de 1981, golpe de Estado que el Rey desbarató defendiendo la Constitución. En ese instante el nacionalismo más radical inició un acoso y derribo contra Cercas. Desde diputados autonómicos de Junts hasta periodistas, pasando por todo tipo de tertulianos, le insultaron y aplicaron el modelo de las ‘fake news’ sacando de contexto unas palabras suyas sobre el Ejército.
Sin alejarnos en el tiempo, también en los últimos días, en ‘prime time’, TV3 emitió un documental de producción propia para tratar el caso de la presunta corrupción de la familia Pujol Ferrusola. La casi una hora de emisión se puede resumir en que a Jordi Pujol, que tiene a sus siete hijos, su mujer y él mismo acusados en la Audiencia Nacional de pertenecer a una organización criminal, no le gusta el dinero, su caso judicial es cosa de las cloacas del Estado –léase el excomisario Villarejo– y todo el revuelo es culpa de la prensa (de Madrid, se entiende) y de una chapuza de instrucción. TV3 blanquea a Jordi Pujol y se lanza contra la Monarquía.