ABC (Andalucía)

Díaz-Canel, nuevo líder oficial del máximo órgano de poder de Cuba

∑Mientras Raúl Castro seguirá en la sombra como asesor, la cúpula del Buró político se renueva con miembros del emporio económico y militar Gaesa

- CAMILA ACOSTA CORRESONSA­L EN LA HABANA

« Hoy puede declararse que la revolución está viva y firme en medio del vendaval que estremece al mundo (…) Lo que recibimos hoy no son cargos y tareas, no es solo la conducción de un país, lo que tenemos delante, desafiándo­nos continuame­nte es una obra heroica descomunal (…)», declaró ayer Miguel DíazCanel Bermúdez, presidente del Consejo de Estado de Cuba y primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC), desde este lunes, en su discurso de clausura del VIII Congreso del PCC que se celebró en La Habana, entre el 16 y el 19 de abril.

El mandatario declaró que él y el resto de los funcionari­os del PCC se constituía­n herederos de una generación revolucion­aria que se remonta al siglo XIX, a las luchas por la independen­cia de Cuba▶ «Esa historia se puede resumir en dos palabras▶ pueblo y unidad, que es decir partido; porque el Partido Comunista de Cuba, que nunca ha sido un partido electoral, no nació de la fractura, nació de la unidad de todas las fuerzas políticas con ideales profundame­nte humanistas que se habían fogueado en la lucha por cambiar a un país desigual e injusto, dependient­e de una potencia extranjera y bajo el yugo de una tiranía militar sangrienta». Eran las primeras palabras de Díaz-Canel al asumir el liderazgo, al menos de manera oficial, del principal órgano de poder de la isla, en sutitución de Raúl Castro.

Continuida­d

Como «acto de justicia histórica», DíazCanel llenó de elogios a su antecesor, así como reconoció que este continuarí­a orientando la labor del PCC▶ «El compañero Raúl, quien ha preparado, conducido y liderado ese proceso de continuida­d generacion­al con tenacidad, sin apego a cargos y responsabi­lidades, con elevado sentido del deber y del momento histórico, con serenidad, madurez, confianza, firmeza revolucion­aria, con altruismo y modestia por mérito propio, por legitimida­d y porque Cuba lo necesita, será consultado sobre las decisiones estratégic­as de mayor peso para el destino de la nación», concedió el nuevo líder al frente del PCC. «Estará siempre presente, bien al tanto de todo, combatiend­o con energía, aportando ideas y propósitos a la causa revolucion­aria a través de sus consejos, su orientació­n y su alerta ante cualquier error o deficienci­a, presto a enfrentar al imperialis­mo como el primero con su fusil en la vanguardia del combate. El General de Ejército continuará presente porque es un referente para cualquier comunista y revolucion­ario cubano», añadió.

Asimismo, hizo referencia a «las campañas de subversión pagadas y dirigidas desde el imperio para calumniar a Cuba, fomentar el desánimo, la desidia y exacerbar contradicc­iones internas». Una forma de aludir a las manifestac­iones contrarias a la dictadura que se han generado en los últimos meses, protagoniz­adas por artistas, activistas y periodista­s independie­ntes.

«Es bueno advertir al lumpen mercenario que lucra con el destino de todos, a los que piden invasión ya, a los que continuame­nte ofenden de palabra y de hecho a quienes no descansan, que la paciencia de este pueblo tiene límites», dijo Díaz-Canel en tono amenazante.

Este discurso belicista lo trasladó igualmente al referirse a las relaciones con los Estados Unidos, a cuyo embargo culpó de todos los males que aquejan a la Isla, obviando lo principal▶ el bloqueo interno de un partido que controla y regula el mercado, entorpecie­ndo la apertura económica, necesaria para salir de la crisis.

Resaltó los resultados económicos del país que, evidenteme­nte, solo existe en su imaginació­n, pues el país atraviesa una grave crisis económica y sanitaria.

Aunque afirmó que la organizaci­ón necesita cambios más acordes al nuevo contexto, enfatizó que «el Partido Comunista de Cuba continuará en el reconocimi­ento y defensa de nuestras esencias▶ la independen­cia, la soberanía, la democracia socialista, la paz, la eficiencia económica, la seguridad y las conquistas de justicia social▶ el socialismo. A ello sumamos la lucha por una prosperida­d que abarque desde la alimentaci­ón hasta la alimentaci­ón».

Reorganiza­ción de mandos

Raúl Castro, consejero

«El compañero Raúl será consultado sobre las decisiones estratégic­as de mayor peso para el destino de la nación», confirmó ayer Díaz-Canel

Sin esperanza de reformas

«El congreso ha sido duro, no ha habido ‘chance’ a la duda: las personas que estaban con la fantasía reformista han chocado con la realidad», afirma Rodiles

Además de ser designado ayer Miguel Díaz-Canel, como primer secretario del PCC, en sustitució­n de Castro, fueron nombrados los catorce integrante­s del Buró Político del PCC, es esto es, el máximo órgano de la organizaci­ón, el que, supuestame­nte, dirige el país. Nueve de esos puestos fueron ratificado­s y se incorporar­on cinco nuevos miembros. Uno de ellos es el general Luis Alberto Rodríguez López-Calleja, exyerno de Raúl, excuñado de Alejandro, y quien ostenta el poder económico en la isla

Las segundas partes nunca han sido buenas. Y en política, mucho menos. Por eso, conforme se va acercando el simbólico listón de los primeros cien días de Joe Biden en la Casa Blanca, resulta fascinante el relato que poco a poco se está construyen­do en Washington sobre el nuevo presidente de Estados Unidos como un giro copernican­o con respecto a Barack Obama. Una narrativa política muchísimo más ambiciosa que reafirmars­e como una simple pero necesaria antítesis de Donald Trump.

Para la vieja guardia de Obama, Biden era una especie de peaje a pagar por haber llegado a la Presidenci­a con tan solo cinco minutos de bagaje político. El vicepresid­ente llevaba literalmen­te toda su vida en el Senado y servía sobre todo para tranquiliz­ar al establishm­ent del Partido Demócrata arrobado con Hillary Clinton. Ya hace más de una década, el número dos era percibido como un elemento entre viejuno y casposillo que desentonab­a con el ‘acontecimi­ento histórico’ de la Administra­ción Obama tan rebosante de trendy, cool y fashion.

Más allá de considerac­iones estéticas, para tener tantos años como Reagan cuando terminó su segundo mandato, Biden está demostrand­o vigor suficiente para demostrar que su Presidenci­a no es una especie de tercer mandato de Obama. De hecho, ha empezado por desplegar una ambición de tamaño XXXL a la hora de utilizar el gasto público como motor de crecimient­o económico, con cantidades de estímulo e inversión no disfrutada­s por muchas generacion­es de estadounid­enses.

Estas marcadas diferencia­s se extienden también a la política exterior. Si Obama desplegó más tropas en Afganistán, una guerra que considerab­a obligada frente al capricho de Irak, Biden ha optado por acabar con el fallido intento de transforma­r una retrograda sociedad tribal en un Estado abierto a la modernidad. En el frente internacio­nal también cobra fuerza la posibilida­d de que los reajustes de Biden lleguen hasta las relaciones de Estados Unidos con Cuba. Frente al acercamien­to de Obama y las restriccio­nes de Trump, la Casa Blanca ha indicado que no está dispuesta a retroceder dos casillas.

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Castro le daba ayer a Díaz-Canel el relevo al frente del Partido Comunista
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