Los premios literarios británicos, blanco de los estafadores
Una investigación revela que al menos cinco grandes galardones se vieron afectados por el mismo timo: el día del fallo, alguien se hacía pasar por el ganador para exigir el cobro a través de un correo electrónico
En los últimos años, pero sobre todo en los últimos meses, las autoridades han hecho continuas advertencias a la población sobre el aumento de las estafas telefónicas o por internet, un problema que se recrudeció con la pandemia en muchos países del mundo, incluyendo España y el Reino Unido, debido a la dependencia de las gestiones en línea. Y en esta trampa, que acaba llenando los bolsillos de los ciberdelicuentes con millones de euros cada año, caen no solo los ciudadanos de a pie, sino organizaciones reconocidas como las que patrocinan prestigiosos premios literarios.
El organismo comercial ‘UK Finance’ concluyó en un informe publicado en marzo que los británicos sufrieron estafas por valor de más de un millón de libras esterlinas en el 2020, de las cuales casi la mitad fueron transferencias autorizadas por las víctimas. Por increíble que parezca, entre ellas están los organizadores del premio Rathbones Folio, que, según informó la semana pasada la revista especializada en la industria editorial ‘The Bookseller’, en marzo del 2020 pagaron 30.000 libras (casi 35.000 euros), a un estafador que se hizo pasar por la escritora mexicana Valeria Luiselli, primera mujer en ganar este premio desde su creación en el 2013, con su novela ‘Desierto Sonoro’. Minna Fry, directora ejecutiva del premio, confirmó que hicieron el pago y, posteriormente, tuvieron que desembolsar otras 30.000 libras para pagarle a la autora. «Los fondos perdidos fueron absorbidos por el ahorro de costes en otras áreas», declaró.
De momento, su caso parece ser el único en el que efectivamente cayeron en el fraude, pero el diario británico ‘The Times’ desveló que el año pasado al menos cinco premios en el país fueron blanco de la misma estafa, cuya mecánica fue parecida▶ tras anunciarse el nombre del ganador, los estafadores enviaron un correo electrónico haciéndose pasar por el agraciado.
Así lo explicaron desde el premio Baillie Gifford, que el 25 de noviembre recibieron un correo supuestamente de
Craig Brown, quien la noche anterior había ganado con una obra sobre la trayectoria de The Beatles. «No puedo describir con palabras lo feliz que estoy», decía el cuerpo del mensaje, en el que su remitente agregaba▶ «Actualmente estoy experimentando algunos contratiempos con mi banco debido a la pandemia» y pedía a la organización que le transfiriera el premio de 50.000 libras (unos 58.000 euros) a una cuenta de PayPal. El director ejecutivo, Toby Mundy, no
Un estafador se hizo pasar por la escritora Valeria Luiselli y cobró las 30.000 libras del premio Rathbones Folio; luego la organización tuvo que pagárselo a
Luiselli
se fio y llamó entonces al escritor para preguntarle si efectivamente había escrito el correo electrónico, momento en el que confirmaron que se trataba de un intento de fraude. Otros afectados fueron los patrocinadores del premio Forward de poesía, los del Encore y los de Traducción de la sociedad de autores. Los delincuentes no se atrevieron sin embargo con el Booker Prize, el más prestigioso del país. Al menos de momento.
Fuentes de concursos similares fuera del Reino Unido, como el Nobel de Literatura en Estocolmo, detallaron que no han sido contactadas de esta forma, pero viendo el panorama, algunos premios han decidido poner las barbas en remojo. Es el caso del galardón norteamericano Carol Shileds Prize, que premia obras de ficción escritas por mujeres, y una de cuyas creadoras, Susan Swan, aseveró que volverán a la ya casi olvidada práctica de emitir cheques a quienes resulten ganadoras del premio, en lugar de hacer pagos en línea.