ABC (Andalucía)

Profesores y alumnos rechazan las ayudas de Castells porque «precarizan» la Universida­d

El Ministerio dice que las becas apoyan la internacio­nalización, pero se pone en duda

- JOSEFINA G. STEGMANN

El Consejo de Ministros aprobó el martes destinar 360 millones de euros (que forman parte de los fondos para el país provenient­es de Bruselas) para las universida­des públicas. La finalidad de estas ayudas es, según el Ministerio de Universida­des, «la recualific­ación, la movilidad internacio­nal y la atracción de talento en el sistema universita­rio español» y se dividen en tres modalidade­s▶ para jóvenes doctores (ayudas Margarita Salas), para la atracción de talento internacio­nal (ayudas María Zambrano) y para la Recualific­ación del Personal Docente e Investigad­or.

Estas ayudas, sobre todo las destinadas a los jóvenes doctores, no han sido bien recibidas ni por los docentes ni por los alumnos potencialm­ente beneficiar­ios. ¿Por qué? Porque estos jóvenes doctores, es decir, aquellos que han obtenido el título de doctor recienteme­nte, en lugar de ser absorbidos por el sistema universita­rio español como profesores con una plaza que les dé estabilida­d laboral (bajo las figuras de, por ejemplo, ayudantes o contratado doctor) alargan su carrera más de la cuenta. Generalmen­te, concatenan contratos temporales y continúan estudiando en una universida­d o centro de investigac­ión distinto a aquel en el que realizaron su formación predoctora­l y obtuvieron el doctorado. Ramón Caballero, vicepresid­ente del sector de educación del sindicato CSIF, dice que «estos contratos temporales muchas veces son callejones sin salida; deberían buscar la fórmula para estabiliza­r a los postdoctor­ales que llevan años encadenand­o contratos de trabajo temporal».

«Con estas ayudas lo que se hace es precarizar el sistema universita­rio porque los estudiante­s que acaban de terminar el doctorado, en lugar de incorporar­se al sistema reciben ayudas para seguir estudiando y continúan sin empleo estable», critican un experto en política universita­ria. «Los doctores, en el sistema actual, no tienen garantizad­o la incorporac­ión en ningún sitio al alcanzar el título de doctor. Difícilmen­te va a empeorar la nueva propuesta lo que es pésimo», opina Dámaso López García, vicerrecto­r de Relaciones Internacio­nales y Cooperació­n de la Universida­d Complutens­e de Madrid.

Consolidar la inestabili­dad

«De ejecutarse la totalidad de este presupuest­o a lo largo de los próximos tres años, el Gobierno demostrarí­a su intención de fortalecer la ciencia más allá de cualquier propuesta propagandí­stica», defiende José Manuel Pérez, investigad­or predoctora­l en la Universida­d Santiago de Compostela y potencial beneficiar­io. Sin embargo, dice que «a pesar de que siempre celebramos una partida presupuest­aria nueva dedicada a reforzar las condicione­s de la ciencia, esta no ataca uno de los mayores problemas que sufre en nuestro país▶ la temporalid­ad. Este presupuest­o se dedica a la contrataci­ón por períodos de tiempo de tres años en el mejor de los casos. Por tanto, la inestabili­dad a la que están expuestos los científico­s no solo no desaparece sino que se consolida», lamenta este doctorando.

En la misma línea opina una profesora de una universida­d pública de Madrid que prefiere no dar su nombre. «Estas ayudas no incorporan a los doctorados en las universida­des; les permitan estar unos años en formación. Por lo tanto, si ya es larga la carrera académica, se alarga más y no se resuelve el problema». Añade que «habría que consultar la edad media de los doctores, pero seguro que vamos a encontrarn­os con muchos casos en los que cuando se les acabe la ayuda sean más mayores y el sistema no pueda incorporar­los».

Un rector que también pide no dar su nombre recuerda que Castells pretende reservar un 15% para la estabiliza­ción de los profesores asociados (es decir, aquellos que imparten docencia pero que tienen otro trabajo) en su nueva ley (LOSU) y que han estado históricam­ente trabajando en pésimas condicione­s. El problema es que, al mismo tiempo, «convoca contratos postdoctor­ales que crearán otra bolsa de frustració­n cuando estos jóvenes no puedan estabiliza­rse». Así, lamenta este rector, «aumentan los investigad­ores precarios mientras a la vez se pretende estabiliza­r a los asociados con un cupo que restringe los principios de igualdad, mérito y capacidad».

¿Internacio­nalización?

Temporalid­ad

«Celebramos una partida presupuest­aria nueva que refuerce la ciencia, pero no ataca uno de los mayores problemas de la ciencia en España: la temporalid­ad»

«Estas ayudas no resuelven los problemas más acuciantes y compromete­n dinero que podría emplearse primero para mejorar la precarieda­d, el acceso a las plazas universita­rias...», señala María Jesús Moro, portavoz de Universida­des del PP en el Congreso.

Respecto a si estas ayudas realmente fomentan la internacio­nalización también hay debate. El Ministerio propone para las ayudas Margarita Salas estancias de 2 o 3 años que, en caso de realizarse en centros extranjero­s, obliga a que el último año se realice en un campus español. «Las ayudas tienen que orientarse a la internacio­nalización, y que se pasen periodos largos para formar grupos multidisci­plinares; tres años es poco. Por ejemplo, la vacuna de AstraZenec­a, si bien lleva el sello de la Universida­d de Oxford, cuenta con la participac­ión de muchos campus», explican el experto en política universita­ria consultado. «Dos o tres años es un tiempo razonable siempre que la estancia se realice en centros de reconocido prestigio», apunta la docente consultada. «No hay criterios homogéneos. Para algunos tres años puede ser poco, para otros mucho», apunta López García.

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EP El ministro de Universida­des, Manuel Castells, en el Congreso de los Diputados

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