Los principios comuneros eran los de Isabel la Católica
Ninguna de las interpretaciones presentistas de la rebelión se sostienen frente a una lectura histórica rigurosa, tampoco la idea de la modernidad de los comuneros frente a la antigüedad imperial. Tanto en el imperio como en las comunidades había elementos innovadores en la esfera política, social y económica que determinaron en las siguientes décadas la historia de España y de todo el planeta. Nada era completamente nuevo y nada desapareció del todo.
«La modernidad económica y política que se les atribuye a los comuneros ya estaba presente en España antes que ellos. En el testamento de Isabel ‘La Católica’, tantas veces invocado por otras razones, se puede comprobar que esas reivindicaciones ya estaban en la tradición castellana. No hay que irse lejos para entender que los comuneros reivindicaban el cumplimientos de las ordenanzas que marcaba Isabel», defiende García Cárcel.
Tras el conflicto, Carlos V no solo aprendió el idioma y se empapó de las costumbres españolas, también hizo un esfuerzo por entender una tradición política que, desde una visión actual, contaba con remotos elementos ‘democráticos’. «Hay una pervivencia de los principios comuneros, que son los de Isabel, en el pensamiento político español de los siglos XVI y XVII, hostil a la idea de un imperio explotador que pudiera causar víctimas humanas», concluye el historiador valenciano, que apunta a la escuela de Salamanca y a otros ejemplos de debates adelantados.