La doble moral de Piqué en el deporte
Tras las críticas del defensa al proyecto, el mundo del tenis le recuerda su negocio con la Copa Davis
Gerard Piqué no suele dejar indiferente a nadie cada vez que ofrece su opinión y su uso de las redes sociales genera un sinfín de discursos encontrados. Volvió a suceder después de que, en la madrugada del miércoles, se posicionara sobre la creación de la Superliga. «El fútbol pertenece a los aficionados; hoy más que nunca», publicó el futbolista catalán en su perfil de Twitter, convirtiéndose en la primera voz azulgrana en referirse a la competición, adelantándose incluso a la postura oficial del club o a las palabras de su presidente, Joan Laporta. Muchos le han tildado de oportunista al pronunciarse justo después de conocerse la retirada de los clubes ingleses, que con esa decisión prácticamente abortaban el proyecto liderado por Florentino Pérez. No obstante, una entrevista emitida ayer en #Vamos, aunque grabada antes de hacerse oficial esa fuga de clubes ingleses, confirma que el central ya tenía clara su postura. «Como presiente el Barça en este caso, creo que está en una situación que ha heredado en unas circunstancias económicas muy malas, muy negativas y que va a tomar la mejor decisión posible para el club. Si lo miro desde un prisma de jugador, yo te diría que no es positiva a largo plazo para el mundo del fútbol. ¿Queremos esto para el mundo del fútbol? ¿Que los Sevilla, Valencia, Everton, Leicester, Nápoles... desaparezcan? Porque esos clubes van a tender a valer cero», afirmó el defensa del Barça en la citada entrevista.
No obstante, la actitud de Piqué deja al descubierto su doble moral atendiendo a sus prioridades empresariales, que también afectan al mundo del deporte. No hay que olvidar que Piqué es el ideólogo de la nueva Copa Davis, que generó una gran controversia por su cambio de formato, que puso fin a más de cien años de historia en un deporte tan tradicional como el tenis. Jugadores y exjugadores saltaron a la palestra para criticar al futbolista, que lideró la revolución. Y alguno se lo recordó ayer, como Nicolás Mahut. «¿Qué hay de la Copa Davis?», preguntó el tenista francés a Piqué en las redes sociales, haciendo referencia al nuevo formato, que consta de una fase final de 18 equipos que se juega en una sola sede, privando a los seguidores de cada país de poder disfrutar de las eliminatorias en sus propias naciones. Más duro fue el también francés Jonathan Eysseric, que acusó al español de llegar al tenis para destruir su deporte.
No es el único negocio del azulgrana que choca frontalmente con su romanticismo futbolístico. La adquisición del Andorra y su intención de colocarlo en la élite le llevó comprar la plaza del desaparecido Reus para poder inscribir al equipo del Principado en Segunda división B, logrando el ascenso en los despachos, en lugar de en el terreno de juego. «El Andorra adultera la competición. Llegan con una plantilla nueva y les quedará un equipo muy bonito. Piqué sabrá lo que hace con sus intereses, puede ser gracioso y normal en el fútbol profesional, pero a nosotros nos toca las narices», se quejó entonces Raúl Paje, entrenador del Viladecans.
Además, el Andorra no es el único equipo que pretende tener Piqué, que está pergeñando una revolución en el torneo doméstico. «Estamos trabajando en crear una nueva competición de fútbol o usar una competición ya existente», desveló en 2018 antes de comprar el Andorra.
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En los despachos Piqué, dueño del Andorra, compró la plaza del Reus para que su equipo
pudiera jugar en Segunda división B