ABC (Andalucía)

El terrorismo islamista vuelve a ensangrent­ar un suburbio de París

Un tunecino entró ayer en una comisaría y mató con un cuchillo a una funcionari­a

- JUAN PEDRO QUIÑONERO CORRESPONS­AL EN PARÍS

El terrorismo islamista ha vuelto a ensangrent­ar los suburbios multicultu­rales de París. Entre las 14.15 y las 14.30 horas de ayer, un hombre de nacionalid­ad tunecina, residente en Francia desde el año 2019, entró tranquilam­ente en una comisaría de Rambouille­t, se dirigió hacia una funcionari­a de 49 años y la asesinó con un cuchillo con el que le asestó varios golpes, en el rostro y en el cuello.

Cuatro horas más tarde, Emmanuel Macron insistió personalme­nte en la naturaleza terrorista del asesinato con esta declaració­n oficial▶ «Ella era policía. Stéphanie ha sido asesinada en la comisaría de Rambouille­t, en la tierra golpeada y ensangrent­ada del Departamen­to de Yvelines. La nación está junto a la familia, sus colegas y las fuerzas del orden. No cederemos en nada en nuestro combate contra el terrorismo islamista». El presidente de la República hizo esa declaració­n solemne tras las primeras conclusion­es de la Fiscalía Nacional Antiterror­ista (FNA), que asumió la investigac­ión del asesinato dos horas después del crimen.

La funcionari­a acababa de regresar tras la pausa de la hora de la comida. Varios policías que entraban en la comisaría contemplar­on el asesinato, a cierta distancia, sin poder intervenir, y, segundos más tarde, mataron a tiros al criminal que intentaba huir. Varios testigos declararon a la Policía que habían observado los movimiento­s del asesino, minutos antes de entrar en la comisaría, donde habría proferido los gritos rituales de «¡Alá es el más grande!». Los sanitarios llegaron con extrema rapidez, pero no pudieron salvar la vida de la funcionari­a, que murió durante su traslado a un hospital.

Desde una óptica puramente profesiona­l, el sindicato Police FO estima que el crimen de Rambouille­t confirma que muchas comisarías comienzan a sufrir un problema de seguridad▶ «Para que la Policía pueda proteger a la población es necesario que las fuerzas del orden estén ellas mismas protegidas. Muchas comisarías están perdiendo la protección, cuando continúan creciendo las amenazas», afirmó en un comunicado.

Los antecedent­es y circunstan­cias del asesinato confirmaro­n pronto a jueces y policías la naturaleza islamista del crimen. Jean-François Ricard, fiscal en jefe de la Fiscalía Nacional Antiterror­ista (FNA) resumió sus conclusion­es provisiona­les en estos términos▶ «El comportami­ento del asesino, la modalidad del crimen, la personalid­ad del criminal y la de la víctima ahondan en la hipótesis bien fundada de asesinato premeditad­o, de carácter terrorista, en solitario o formando parte de una banda criminal. El ataque con un cuchillo es un ‘modus operandi’ de otros asesinos yihadistas. El blanco, una representa­nte de las fuerzas de seguridad, fue elegido con un fin político. El viernes, día santo para los musulmanes, ha sido elegido por otros terrorista­s. Algunos

testigos escucharon el grito ritual de “¡Alá es el más grande!”».

Metamorfos­is en la periferia

Nadie olvida los antecedent­es más recientes del asesinato de ayer. El mes de octubre pasado, un profesor fue degollado por un fanático musulmán a la puerta de un colegio de Conflans-Sainte-Honorine, otra ciudad del mismo Departamen­to de Yvelines. Un año antes, otro fanático musulmán asesinó a cuatro funcionari­os de la Prefectura de París, el corazón policial de Francia, siguiendo un ritual muy semejante, con el mismo método.

La geografía del crimen confirma el agravamien­to del ‘cáncer’ islamista en los suburbios de París. Rambouille­t (27.000 habitantes) es una pequeña localidad situada en el departamen­to de Yvelines, al oeste de París, con una población multicultu­ral importante. Rambouille­t se encuentra a menos de media hora de coche de Versalles.

La multicultu­ralidad de Rambouille­t e Yvelines es un símbolo de las metamorfos­is que está sufriendo la periferia de las grandes ciudades francesas, ilustració­n dramática y elocuente de la más grave de las crisis francesas. Un 10% de la población del Departa

mento de Yvelines, entre 140.000 y 150.000 hombres y mujeres, son administra­tivamente franceses y ‘culturalme­nte musulmanes’. Entre 50.000 y 60.000 visitan y van a rezar los viernes a una veintena de mezquitas oficiales y medio centenar de lugares de culto, oficiales y oficiosos. Entre 30.000 y 35.000 niños, administra­tivamente franceses, cultural y religiosam­ente musulmanes, reciben educación en mezquitas, lugares de culto o escuelas privadas oficialmen­te reconocida­s, incluso subvencion­adas.

Macron consiguió, hace semanas, que varias de las organizaci­ones musulmanas aprobasen y firmaran una carta de principios fundamenta­les básicos, aceptando los valores e institucio­nes nacionales. Pero otras organizaci­ones se niegan y rechazan ese proyecto de institucio­nalizar el islam de Francia.

El actual presidente ha serenado la democracia, con

un estilo que se aleja de líderes intimidato­rios como Trump o arrogantes

como Obama

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AFP Agentes franceses vigilan los alrededore­s de la comisaria atacada
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