Álvarez-Pallete es reelegido presidente de Telefónica con el 84,6% de los votos
La compañía cambia su logo corporativo después de 23 años sin hacerlo
—Los sindicatos de Endesa acusan a su accionista de referencia Enel de descapitalizar la empresa y llevarse los dividendos a Italia.
—Este tema surgió hace unos años cuando se negociaba el convenio colectivo para presionar a Enel, cuando las negociaciones las llevábamos nosotros. No es cierto. Lo que valía la empresa en 2005 incluidos los activos en Latinoamérica es menos de lo que vale hoy sin esos activos. Es decir, ha habido capitalización, no lo contrario. Por otra parte, Enel ha respetado muchísimo los criterios de Endesa para repartir el 100% del ‘pay out’. El que pidió abonar el 100% fui yo porque en 2014, cuando se vendió Latinoamérica, nos quedamos sin deuda y dimos un dividendo extraordinario. Los inversores y analistas nos decían que debíamos optimizar nuestra estructura financiera y abonar ese dividendo. Aunque estamos focalizados en la península, somos y nos sentimos muy españoles. La relación con Enel es muy buena. Además de ser el accionista mayoritario y de control, es un ‘partner’ estratégico con el que discutimos y compartimos las decisiones. —¿Cuando cerrará Endesa su última central de carbón?
—Tenemos cuatro centrales en la península. Dos de carbón nacional que se cerraron en junio del año pasado. Las otras, de carbón importado, se cerrarían en junio de este año. Suman unos 5.100 MW. Además, hay 500 MW en Mallorca.
Quedan dos grupos como reserva hasta previsiblemente 2027 cuando esté el segundo cable eléctrico con la península. Solo funcionarán 500 horas al año y para asegurar el suministro.
—¿Qué sucede con los cientos de empleos de esas centrales?
—Con el cierre de las plantas de carbón se crean unos problemas para las personas que han estado trabajando 40 años en esas zonas. Hay que tratar de compensar con actividades locales. Queremos poner en marcha 5.700 MW en esos emplazamientos de tal forma que compensamos la nueva potencia con la anterior, pero con mucho menos empleo. Tratamos de mantener el empleo en el desmantelamiento de las plantas. Por eso, es muy importante que nos den las autorizaciones cuanto antes para dar cierta continuidad a las contratas y a nuestros empleados. Ha habido trabajadores que han decidido salir de la compañía con un tratamiento económico muy digno y hay contratas a las que les estamos dando formación para la empleabilidad futura, tanto en el desmantelamiento como en la construcción de parques renovables y su mantenimiento. Hay proyectos para plantas de hidrógeno, de reciclaje de palas de aerogeneradores eólicos y, a través de un concurso de ideas, aparecen desde fábricas de baterías, de neumáticos, de papel... Facilitaremos terrenos, suministros, etc... para que se pueda mitigar el impacto.
José María Álvarez-Pallete seguirá en el mando ejecutor de Telefónica, en un momento histórico para la compañía, que además estrena imagen corporativa. Así, los accionistas de Telefónica renovaron ayer a su presidente con un 84,6% de los votos a favor, un apoyo cuatro puntos superior al de 2017. Un respaldo para el que ha sido esencial el cumplimiento del objetivo de reducción de deuda, el principal lastre de la compañía, que hoy es 17.000 millones de euros menor a cuando Álvarez-Pallete entró a liderar la operadora en 2016.
Pero a la reelección se le había puesto un interrogante en los últimos días. Porque a pesar de los buenos resultados del último año, algunas voces –mínimas– apuntaban a que finalmente el directivo no iba a recibir el respaldo de la mayoría de la junta, por las opiniones llegadas por parte de algunos ‘proxy advisor’ que desaconsejaban la reelección de Pallete por su concentración de poder en el consejo de administración de la empresa.
Mientras, en una junta de accionistas donde han participado representantes del 56% del capital de la compañía, Telefónica presentaba también su nuevo logo tras 23 años sin cambiar su imagen corporativa. Una nueva imagen que en palabras del reelegido presidente «refleja de dónde venimos, hacia dónde vamos. Una compañía cada vez más tecnológica y que quiere ser protagonista del mundo que viene. Una nueva Telefónica, preparada para los próximos 100 años».
De esta forma, Álvarez-Pallete quiere dar alas a una nueva Telefónica poniendo el foco de la empresa en la digitalización y en la extensión del 5G. Pero sobre todo en seguir reduciendo el pasivo de la teleco española. Porque a pesar de los 17.000 millones restados en los últimos cinco años, la compañía sigue arrastrando otros 35.000 en sus cuentas.
En este sentido el presidente insistió en que, a corto plazo, el objetivo pasa por contraer esta cifra hasta los 26.000 millones de euros. Algo que esperan suceda en un tiempo próximo, en parte gracias a las inversiones de la compañía, y cuando se consuma la venta de su negocio de fibra óptica de Chile y de las torres de Telxius, además de cuando se efectúe la fusión de 02 y Virgin en Reino Unido.
Puntos aprobados
√ Españolidad Somos y nos sentimos muy españoles; la relación con Enel es muy buena, es
un ‘partner’
Además de la reelección de ÁlvarezPallete, los accionistas aprobaron el resto de puntos del día, entre los que se encontraban la revalidación de los consejeros independientes de la compañía, el plan de incentivos a los directivos, el dividendo para 2021, la reelección de PwC como auditor y los informes de gestión correspondientes al ejercicio.