El tornillo de la tuerka
El patrón de Mediapro abre a Pablo Iglesias la puerta giratoria de su imperio mediático
Si a Isabel Díaz Ayuso le debe España la salida del Gobierno de Pablo Iglesias –eso dijo la presidenta madrileña, con la chulería de quien mete un hurón en la madriguera del conejo–, al patriota conocido como Jaume Roures le debemos el engranaje de la puerta giratoria que puede llevar al todavía líder de Unidas Podemos a reincorporarse al sector de la producción y difusión de propaganda, actividad privada a la que con cargo al presupuesto y sin pudor dedicó su entera agenda vicepresidencial, que no era precisamente la de 2030 que daba título a su chiringuito. Se juntan el hambre con las ganas de comer, la logística con la estrategia y la infraestructura con el amateurismo de ‘tuerka’ y revuelta. Pablo Iglesias es consciente de la necesidad de buscar canales extraparlamentarios y extraministeriales desde los que propalar su discurso de odio, persecución y obediencia, muy limitado en un Ejecutivo de coalición y equilibrio. Roures tiene luces, cámaras y acción suficientes para rodar la telenovela de la sedición catalana o de la república de Iglesias, nostálgico de la Prensa del Movimiento y aprendiz de censor. De portavoz de un grupo minoritario de la Asamblea de Madrid no se va a quedar, y aún menos de víctima de la conjura mediática de Ana Rosa. Con Roures de productor, Iglesias quiere ser el editor multicanal de la España que viene.