Buscan en el mar los cuerpos de un padre y sus dos hijas, a las que raptó
Subió a su barco, que apareció a la deriva, en Tenerife cargado con dos bolsas de lona
La Guardia Civil y Salvamento Marítimo buscan en el mar a varias millas de Tenerife tres cuerpos▶ el de Tomás Gimeno, de 37 años, y los de sus dos hijas, Anna, de 6 y Olivia, un bebé de solo un año. Las cámaras del puerto deportivo Marina Tenerife captaron su imagen, solo, el martes por la noche hasta en tres ocasiones. En una de ellas, cargaba con dos bolsas de lona y otros enseres, que subió a un yate de su propiedad. Zarpó de puerto a las doce y media de la noche, más de tres horas después de la hora acordada con su exmujer, Beatriz Z., para entregarle a las pequeñas. Tenían, al parecer, custodia compartida tras la separación de la pareja.
Los investigadores sospechan que en esas bolsas llevaba a las criaturas, cuya desaparición denunció la madre horas después y tras recibir mensajes de clara amenaza▶ «No vas a volver a ver a las niñas jamás. Ni a ellas ni a mí». De inmediato, se difundió la imagen de las crías y se activó la búsqueda con varias embarcaciones y un helicóptero por toda la costa.
En torno a las cinco de la tarde del miércoles el barco, de seis metros de eslora, fue hallado a unas cuatro millas del puerto de Güimar, abandonado, a la deriva y sin rastro de ninguno de los tres. Poco después apareció flotando la sillita portabebés de Olivia, que fue reconocida por la madre, según fuentes de la investigación.
El yate fue trasladado a puerto, donde la Policía Científica de la Guardia Civil realizó la primera inspección ocular. Se hallaron rastros de sangre, pero no se descarta que puedan ser restos de pesca porque Gimeno salía a practicarla con frecuencia. Los agentes también han registrado la casa del único sospechoso del rapto de sus hijas en busca de una nota, carta o algo que pueda arrojar luz e interroga a testigos y allegados.
La búsqueda continúa con un importante despliegue de medios y una no menos importante consternación en toda Canarias, volcada en el caso. La zona en la que se encontró la embarcación tiene una notable profundidad que ronda los 300 o 400 metros. Esas condiciones sumadas al paso de las horas aleja la esperanza de hallar con vida a los tres desaparecidos.
Las amenazas a su exmujer, las imágenes grabadas en puerto, el barco vacío y la sillita de Olivia sobrevuelan toda la investigación y la sombra de otro caso Bretón. Venganza contra la madre a través de lo que más quiere▶ sus hijas. La razón no ha trascendido.
No quiso denunciarlo
Beatriz Z. acudió al cuartel el pasado diciembre y contó a los agentes que Tomás la había amenazado verbalmente, pero no quiso denunciarlo. No obstante, la Guardia Civil abrió unas diligencias y lo comunicó al juzgado, que no acordó ninguna medida. Se aplicó el protocolo de Viogen (violencia de género) y en virtud del mismo en marzo, hace menos de un mes, volvieron a ponerse en contacto con la mujer. Ella les dijo que no se habían repetido esas amenazas. Lo que haya ocurrido desde marzo hasta ahora forma parte de la investigación, que el juez ha declarado secreta.
Los últimos movimientos de Tomás Gimeno, captados por las cámaras, los relató el capitán del puerto de Santa Cruz de Tenerife, Enrique Alonso, a Radio Club Tenerife. El padre llegó a las 21.30 del martes en coche al puerto, aparcó frente al pantalán donde estaba su barco y descargó las bolsas de lona. No hay ni rastro de las niñas en esas imágenes. Según Alonso, el hombre dio tres viajes con enseres hasta el yate. Salió de nuevo del puerto unos veinte minutos después y regresó a las 23.30. A las 00.30, Gimeno zarpó, en teoría solo, y con sus bolsas. Un caso de desaparición forzosa de manual por secuestro parental en el que todo apunta al homicidio de las víctimas y el suicidio del padre.
El juzgado de primera instancia e instrucción número 3 de Güímar ha incoado diligencias previas y el Tribunal Superior de Justicia de Canarias informó de que la investigación se ha declarado secreta.
«No las vas a ver más»
La Guardia Civil sospecha que mató a las niñas, de 1 y 6 años, y se suicidó tras amenazar a la madre