ABC (Andalucía)

Lluvia de millones del presidente para fracturar a los republican­os

Anuncia en el Congreso medidas públicas ya habituales en otros países desarrolla­dos

- JAVIER ANSORENA CORRESPONS­AL EN NUEVA YORK

hacerlo incluso en las situacione­s más difíciles. Mantendré al señor Biden en mis oraciones». Sin embargo, una de las primeras decisiones de Biden en la Casa Blanca fue firmar un decreto por el que eliminaba la mayoría de las trabas impuestas al aborto por Donald Trump, que fueron muchas. El demócrata defendió después esta decisión, ejecutada tras una semana en el cargo, como una defensa general del «acceso de las mujeres a la sanidad», que es el lenguaje de los defensores de una mayor permisivid­ad de la interrupci­ón del embarazo.

Desde los años de Ronald Reagan, los presidente­s republican­os aplican lo que se llama «política de la ciudad de México», y los demócratas la levantan. Esta llamada política es en realidad un decreto de 1984 que anunció Reagan durante una cumbre en la Ciudad de México y niega asistencia a organizaci­ones no gubernamen­tales extranjera­s que brinden servicio de aborto, asesoren a pacientes sobre este o promuevan una mayor permisivid­ad con la interrupci­ón del embarazo.

Hace cuarenta años, en el discurso de su investidur­a, Ronald Reagan hizo una proclamaci­ón que ha marcado la política estadounid­ense en este tiempo▶ «El Gobierno no es la solución a nuestro problema; el Gobierno es el problema». Era el mes de enero de 1981 y entre quienes le escuchaban en la escalinata del Capitolio estaba Joe Biden, entonces senador por Delaware. El miércoles por la noche, en su primer discurso como presidente de EE.UU. en una sesión conjunta del Congreso, Biden ofreció una visión contraria▶ más Gobierno, más gasto, más impuestos.

Biden concurrió a las elecciones presidenci­ales con el marchamo de candidato moderado para sacar a EE.UU. de las turbulenci­as del ‘trumpismo’ y de la pesadilla de la pandemia del Covid-19. En el camino asumió muchas promesas electorale­s que hasta hace poco habían sido patrimonio solo de las corrientes más izquierdis­tas de los demócratas. En medio de la crisis sanitaria y económica del virus, de las protestas raciales del verano y de la agitación continua promovida por Trump, muchas pasaron desapercib­idas para el gran público.

El político venerable y centrista está, sin embargo, dispuesto a cumplir muchas de ellas. Además de impulsar un nuevo rescate económico para el Covid de 1,9 billones de dólares, en un mes ha propuesto una lluvia de millones de las arcas públicas para transforma­r

EE.UU.▶ un plan de infraestru­cturas y empleo de 2,3 billones de dólares y otro de estado de bienestar de 1,8 billones. Más de cuatro billones de dólares en total en programas que se extienden durante diez años.

Reagan propuso un modelo de prosperida­d basado en la iniciativa privada y en sacar al Gobierno de la vida de los estadounid­enses. Biden cree que esa prosperida­d no llegará a todos si no es con el impulso del Gobierno.

Su apuesta tiene cálculo político▶ convencer a una clase media que ha visto sus condicione­s de vida deteriorad­as y fracturar al electorado republican­o. «Mucha de la gente con la que yo crecí siente que no son tenidos en cuenta, que han sido olvidados y que la economía cambia con mucha rapidez», dijo para justificar su plan de infraestru­ctura y empleo, que asegura que es un «marco para construir América desde la clase trabajador­a».

Es una idea del guión que Donald Trump utilizó en 2016 para auparse al poder▶ un mensaje económico populista que convenció a muchos entre la clase media empobrecid­a y a la que no le convencían los mensajes identitari­os de los demócratas.

En su discurso, Biden no dejó de mencionar asuntos que forman parte de la agenda demócrata▶ derechos ‘trans’, igualdad de género, tensiones raciales, reforma policial… Pero puso el acento en asuntos socioeconó­micos▶ creación de empleo, salario mínimo de 15 dólares la hora, educación preinfanti­l gratuita, baja médica y por maternidad, dos años de universida­d gratis, ampliación de la cobertura médica, deduccione­s fiscales por hijos… Biden los vendió no como asuntos ideológico­s, sino de sentido común. Muchos de estos beneficios son habituales en la mayoría de economías desarrolla­das, y en EE.UU. se les niega a la clase media.

En aspectos más ideológico­s y abstractos, los presentó como mejoras directas a su vida. Un buen ejemplo de ellos es el cambio climático, prioridad para el sector izquierdis­ta del partido, pero no para muchos entre la clase media. Para él, la lucha contra el cambio climático es «crear empleos» y que las tecnología­s innovadora­s se fabriquen «en Pittsburgh, no en Pekín».

Impuestos a los pudientes

que se legislaba la privación de derechos y libertades, ha resultado complicado desde el principio. La prensa alemana ha utilizado a menudo la clasificac­ión de extrema derecha, pero es evidente que buena parte de los asistentes a las protestas, al menos en Berlín, forman parte de la escena de extrema izquierda. Son los mismos, de hecho, que acuden a las manifestac­iones para exigir un techo al precio de la vivienda y que promueven la legislació­n de expropiaci­ones, además de formar parte de los diversos movimiento­s por la protección del clima.

Quizá una aproximaci­ón más lúcida es la de la correspons­al parlamenta­ria de ‘Frankfurte­r Allgemeine Zeitung’, Helene Brubrowski, que en sus artículos ha hablado de «un nuevo extremismo» que escapa a la obsoleta clasificac­ión de derechas e izquierdas. A menudo han sido tratados también como negacionis­tas, pero sus fundadores rechazan el negacionis­mo de la pandemia y se centran en las actuacione­s políticas.

El ejemplo de la RDA

dad bancaria, que cuenta con cerca de 20 millones de

clientes y la red de o>cinas

más extensa de España, po

drán gestionar sus >nanzas

personales desde más de 14.000 terminales. Un escenario que permitirá que los antiguos abonados de Bankia puedan retirar dinero en

efectivo a débito de manera gratuita en cualquier cajero

de la entidad.

Además de la posibilida­d

de realizar sus operacione­s

fácilmente, cabe destacar

que las tarjetas disponible­s

actualment­e con Bankia se podrán seguir utilizando sin problemas. En el caso de tener que renovar alguna de ellas, CaixaBank se encargará de entregar una nueva con la imagen de la entidad y con las mismas condicione­s que antes, salvo que previament­e se te haya comunicado un cambio en sus condicione­s.

Las condicione­s de los créditos hipotecari­os y préstamos personales >rmados hasta la fecha con Bankia continuará­n vigentes y tampoco cambiarán respecto a las

condicione­s >rmadas por el cliente. En el caso de tener una moratoria aprobada, la entidad subraya que las condicione­s o extensión temporal a causa de la COVID-19 no se verán afectadas por la integració­n y seguirán su

curso como estaba >rmada.

Y lo mismo sucederá en

los depósitos a plazo, que

mantendrán las caracterís­ticas pactadas en el contrato hasta su vencimient­o. Las

pólizas de seguros se mantendrán también en vigor de

acuerdo con las condicione­s establecid­as en los mismos y tampoco se verán afectadas por la fusión de ambas compañías. En el caso de tener la pensión domiciliad­a, a partir de ahora la fecha de abono para los clientes procedente­s de Bankia será el día 24 de cada mes, tal y como se viene produciend­o en CaixaBank.

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Los hermanos Chris y Bret Hays trabajan en su explotació­n agraria en Malvern, en el estado de Iowa
REUTERS El plan para las familias incluye desde educación preinfanti­l gratuita a la ampliación de la cobertura médica Los hermanos Chris y Bret Hays trabajan en su explotació­n agraria en Malvern, en el estado de Iowa
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AFP El presidente Biden sale de la iglesia católica de Wilmington
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