Lluvia de millones del presidente para fracturar a los republicanos
Anuncia en el Congreso medidas públicas ya habituales en otros países desarrollados
hacerlo incluso en las situaciones más difíciles. Mantendré al señor Biden en mis oraciones». Sin embargo, una de las primeras decisiones de Biden en la Casa Blanca fue firmar un decreto por el que eliminaba la mayoría de las trabas impuestas al aborto por Donald Trump, que fueron muchas. El demócrata defendió después esta decisión, ejecutada tras una semana en el cargo, como una defensa general del «acceso de las mujeres a la sanidad», que es el lenguaje de los defensores de una mayor permisividad de la interrupción del embarazo.
Desde los años de Ronald Reagan, los presidentes republicanos aplican lo que se llama «política de la ciudad de México», y los demócratas la levantan. Esta llamada política es en realidad un decreto de 1984 que anunció Reagan durante una cumbre en la Ciudad de México y niega asistencia a organizaciones no gubernamentales extranjeras que brinden servicio de aborto, asesoren a pacientes sobre este o promuevan una mayor permisividad con la interrupción del embarazo.
Hace cuarenta años, en el discurso de su investidura, Ronald Reagan hizo una proclamación que ha marcado la política estadounidense en este tiempo▶ «El Gobierno no es la solución a nuestro problema; el Gobierno es el problema». Era el mes de enero de 1981 y entre quienes le escuchaban en la escalinata del Capitolio estaba Joe Biden, entonces senador por Delaware. El miércoles por la noche, en su primer discurso como presidente de EE.UU. en una sesión conjunta del Congreso, Biden ofreció una visión contraria▶ más Gobierno, más gasto, más impuestos.
Biden concurrió a las elecciones presidenciales con el marchamo de candidato moderado para sacar a EE.UU. de las turbulencias del ‘trumpismo’ y de la pesadilla de la pandemia del Covid-19. En el camino asumió muchas promesas electorales que hasta hace poco habían sido patrimonio solo de las corrientes más izquierdistas de los demócratas. En medio de la crisis sanitaria y económica del virus, de las protestas raciales del verano y de la agitación continua promovida por Trump, muchas pasaron desapercibidas para el gran público.
El político venerable y centrista está, sin embargo, dispuesto a cumplir muchas de ellas. Además de impulsar un nuevo rescate económico para el Covid de 1,9 billones de dólares, en un mes ha propuesto una lluvia de millones de las arcas públicas para transformar
EE.UU.▶ un plan de infraestructuras y empleo de 2,3 billones de dólares y otro de estado de bienestar de 1,8 billones. Más de cuatro billones de dólares en total en programas que se extienden durante diez años.
Reagan propuso un modelo de prosperidad basado en la iniciativa privada y en sacar al Gobierno de la vida de los estadounidenses. Biden cree que esa prosperidad no llegará a todos si no es con el impulso del Gobierno.
Su apuesta tiene cálculo político▶ convencer a una clase media que ha visto sus condiciones de vida deterioradas y fracturar al electorado republicano. «Mucha de la gente con la que yo crecí siente que no son tenidos en cuenta, que han sido olvidados y que la economía cambia con mucha rapidez», dijo para justificar su plan de infraestructura y empleo, que asegura que es un «marco para construir América desde la clase trabajadora».
Es una idea del guión que Donald Trump utilizó en 2016 para auparse al poder▶ un mensaje económico populista que convenció a muchos entre la clase media empobrecida y a la que no le convencían los mensajes identitarios de los demócratas.
En su discurso, Biden no dejó de mencionar asuntos que forman parte de la agenda demócrata▶ derechos ‘trans’, igualdad de género, tensiones raciales, reforma policial… Pero puso el acento en asuntos socioeconómicos▶ creación de empleo, salario mínimo de 15 dólares la hora, educación preinfantil gratuita, baja médica y por maternidad, dos años de universidad gratis, ampliación de la cobertura médica, deducciones fiscales por hijos… Biden los vendió no como asuntos ideológicos, sino de sentido común. Muchos de estos beneficios son habituales en la mayoría de economías desarrolladas, y en EE.UU. se les niega a la clase media.
En aspectos más ideológicos y abstractos, los presentó como mejoras directas a su vida. Un buen ejemplo de ellos es el cambio climático, prioridad para el sector izquierdista del partido, pero no para muchos entre la clase media. Para él, la lucha contra el cambio climático es «crear empleos» y que las tecnologías innovadoras se fabriquen «en Pittsburgh, no en Pekín».
Impuestos a los pudientes
que se legislaba la privación de derechos y libertades, ha resultado complicado desde el principio. La prensa alemana ha utilizado a menudo la clasificación de extrema derecha, pero es evidente que buena parte de los asistentes a las protestas, al menos en Berlín, forman parte de la escena de extrema izquierda. Son los mismos, de hecho, que acuden a las manifestaciones para exigir un techo al precio de la vivienda y que promueven la legislación de expropiaciones, además de formar parte de los diversos movimientos por la protección del clima.
Quizá una aproximación más lúcida es la de la corresponsal parlamentaria de ‘Frankfurter Allgemeine Zeitung’, Helene Brubrowski, que en sus artículos ha hablado de «un nuevo extremismo» que escapa a la obsoleta clasificación de derechas e izquierdas. A menudo han sido tratados también como negacionistas, pero sus fundadores rechazan el negacionismo de la pandemia y se centran en las actuaciones políticas.
El ejemplo de la RDA
dad bancaria, que cuenta con cerca de 20 millones de
clientes y la red de o>cinas
más extensa de España, po
drán gestionar sus >nanzas
personales desde más de 14.000 terminales. Un escenario que permitirá que los antiguos abonados de Bankia puedan retirar dinero en
efectivo a débito de manera gratuita en cualquier cajero
de la entidad.
Además de la posibilidad
de realizar sus operaciones
fácilmente, cabe destacar
que las tarjetas disponibles
actualmente con Bankia se podrán seguir utilizando sin problemas. En el caso de tener que renovar alguna de ellas, CaixaBank se encargará de entregar una nueva con la imagen de la entidad y con las mismas condiciones que antes, salvo que previamente se te haya comunicado un cambio en sus condiciones.
Las condiciones de los créditos hipotecarios y préstamos personales >rmados hasta la fecha con Bankia continuarán vigentes y tampoco cambiarán respecto a las
condiciones >rmadas por el cliente. En el caso de tener una moratoria aprobada, la entidad subraya que las condiciones o extensión temporal a causa de la COVID-19 no se verán afectadas por la integración y seguirán su
curso como estaba >rmada.
Y lo mismo sucederá en
los depósitos a plazo, que
mantendrán las características pactadas en el contrato hasta su vencimiento. Las
pólizas de seguros se mantendrán también en vigor de
acuerdo con las condiciones establecidas en los mismos y tampoco se verán afectadas por la fusión de ambas compañías. En el caso de tener la pensión domiciliada, a partir de ahora la fecha de abono para los clientes procedentes de Bankia será el día 24 de cada mes, tal y como se viene produciendo en CaixaBank.