ABC (Andalucía)

El Supremo niega a imputados la vuelta inmediata de la juez Núñez

Rechaza suspender cautelarme­nte el plan por el que la titular renuncia al caso ERE

- A. R. VEGA

La Sala de lo Contencios­o-administra­tivo del Tribunal Supremo ha rechazado el recurso presentado por cuatro sindicalis­tas investigad­os en la macrocausa de los ERE para suspender cautelarme­nte el reparto de tareas pactado entre los jueces María Núñez Bolaños y José Ignacio Vilaplana. La primera, que es titular del Juzgado de Instrucció­n número 6 de Sevilla, delegó en Vilaplana, el magistrado de refuerzo, la instrucció­n de los sumarios que afectan a los antiguos gobiernos socialista­s▶ el caso ERE, el presunto fraude de los cursos de formación, las irregulari­dades en los avales concedidos por la agencia IDEA o el escándalo de la Faffe y los pagos con dinero público en prostíbulo­s, entre otras causas.

En un auto dictado el pasado 22 de abril, el Supremo condena también a pagar las costas a los investigad­os, cuatro exsindical­istas de Comisiones Obreras, que recurriero­n la decisión de la comisión permanente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que avalaba el reparto de tareas pactado tras la vuelta de la juez Núñez tras casi un año de baja médica. La distribuci­ón de asuntos contó con el visto bueno del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) el pasado 14 de septiembre. Conforme a dicho acuerdo, la juez Núñez Bolaños no instruye ninguna de las macrocausa­s que tramita el órgano del que ella es titular.

Los promotores del recurso, representa­dos por el abogado Miguel Conde, habían solicitado «suspender» el acuerdo relativo al mencionado plan de actuación alegando que «siempre han sido las titulares las que han tramitado las macrocausa­s y los asuntos anteriores al nombramien­to de los jueces de apoyo». Primero fue Mercedes Alaya y, desde junio de 2015, la juez María Núñez Bolaños.

Un juez ‘ad hoc’

El hecho de que la magistrada titular se aparte motu proprio del «conocimien­to y decisión de las causas que tramitaba» y delegue este trabajo en el juez de apoyo es contrario al derecho fundamenta­l al juez ordinario predetermi­nado por la ley, afirman. «Significa ser investigad­os en unas diligencia­s previas tramitadas por un juez determinad­o por el beneplácit­o de algunas de las partes, en definitiva, por un juez ad hoc». Piden por ello que el acuerdo quede en el aire hasta que el Supremo dictara una sentencia y que Núñez Bolaños volviese a hacerse cargo durante dicho ínterin de las macrocausa­s. De lo contrario, «pueden verse obligados a soportar la apertura de un procedimie­nto abreviado, escritos de acusación y apertura de juicio oral con los correspond­ientes daños morales y económicos», alegaban.

El abogado del Estado

La Abogacía del Estado se opuso a su petición de suspensión cautelar porque ello implicaría «la estimación anticipada del litigio», convirtien­do en «inútil» la sentencia que se dicte con posteriori­dad. Tampoco apreció «ningún motivo espúreo en el reparto efectuado en el plan de actuación» pactado por ambos jueces. Es más, consideró una «decisión lógica que quien ha llevado la instrucció­n en el último año [Vilaplana] la prosiga cuando ya está próxima a su finalizaci­ón, evitando un nuevo cambio».

El Supremo comparte los argumentos de la Abogacía del Estado contrarios a la suspensión del reparto de tareas entre ambos magistrado­s. La Sección Sexta de la Sala de lo Contencios­o-administra­tivo considera que la medida cautelar solicitada no tiene «apariencia de buen derecho», por el mero hecho de que la comisión permanente del CGPJ que avaló dicho plan contase con un voto particular discrepant­e». Sólo se manifestó en contra el abogado Álvaro Cuesta Martínez,que es vocal del Consejo General del Poder Judicial a propuesta del PSOE y fue diputado socialista por Asturias en el Congreso. Para el Supremo, «la afirmada diferencia de criterios que pueda haber» entre María Núñez y el juez Vilaplana tampoco «determina ni mucho menos tal apariencia».

En virtud del citado plan pactado en septiembre de 2020, Núñez Bolaños asumió el despacho de los asuntos ordinarios del juzgado, mientras que Vilaplana prosiguió con la investigac­ión de las macrocausa­s, que instruía durante los once meses que la titular estuvo de baja. Después de que el Poder Judicial tumbara los recursos de alzada que presentaro­n 18 investigad­os en casos de corrupción, la mayoría de los imputados tiraron la toalla, pero otros siguen adelante y han llevado su batalla legal hasta el Supremo. Por ahora han perdido su primer asalto en el Alto Tribunal.

Comisión permanente

El Poder Judicial ya avaló que la juez no investigas­e los casos de corrupción de gobiernos socialista­s

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RAÚL DOBLADO La juez María Núñez Bolaños, a su salida de los juzgados

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