Elogio de la memoria
«Una tragedia para España ha sido que el PSOE se haya unido al nacionalismo independentista. Aunque resulte menos llamativo, también es trágico, para nuestro futuro, que el PSOE se apunte a una pedagogía progre, orientada a las competencias y no a los conocimientos; una educación que abomina de la memoria. Así nos va»
NEGARSE a reconocer que la lengua castellana es la única común a todos los españoles supone un enorme dislate; políticamente, además, constituye una lamentable entrega a los independentistas. Eso es lo que ha hecho, con firme resolución, la ministra Celaá. Para justificarlo y completarlo, lo ha aderezado con frases del más rancio y manido seudoprogresismo pedagógico▶ «Una propuesta competencial, que contempla ámbitos curriculares en los que se trabaja de forma interdisciplinar aprendizajes de varias materias, ello favorece la coodocencia y el trabajo colaborativo del alumnado». ¿Cuántos padres de alumnos españoles, incluidos los que votan al PSOE, entenderán esta jerigonza pedante y vacía?
Conviene traducirla al román paladino▶ se trata de que, en cualquier materia, los alumnos aprendan menos contenidos y más ‘competencias’. Es inequívoco el tufillo utilitario y economicista que eso desprende▶ se pueden acabar sustituyendo los libros de texto por manuales de instrucciones, al estilo de las guías que nos enseñan cómo funciona cualquier aparato doméstico o de los prolijos folletos que acompañan a cualquier medicina.
Un ejemplo grotesco▶ si, en la selva africana, me ataca un león, lo que me importa saber es cómo librarme de él, es cierto, pero resultará difícil lograrlo si no tengo ni idea de qué clase de animal se trata... Sin conocimientos, las competencias no tienen ningún sentido.
En la propuesta ministerial no se excluyen totalmente los conocimientos pero se mantienen sólo los que califica de ‘imprescindibles’. ¿Cuál será el criterio para precisarlos? La respuesta oficial da terror▶ aquellos que, ‘de no tenerse, te colocan en riesgo de exclusión social’.
Intento concretar. En nuestra actual sociedad, ¿se excluye a alguien por no saber nada de Alfonso X, el renacimiento, Cervantes, Velázquez, la revolución francesa o Albert Einstein? ¡En absoluto! Ése es el camino que ahora oficialmente se consagra▶ desde un criterio puramente utilitario, todas las humanidades parecen superfluas.
En cambio, sí que supone una exclusión social y laboral muy concreta, en las regiones con una lengua propia, el hecho de no dominarla. Ya nos hemos acostumbrado a las noticias de que, en algunas comunidades autónomas, se exige ese conocimiento como requisito indispensable para acceder a algunos trabajos; o, simplemente, se valora más conocer esa lengua que poseer un doctorado universitario.
Un tópico más▶ la ministra quiere luchar contra el ‘aprendizaje memorístico y acumulativo’. Sin embargo, durante muchos siglos se ha considerado a la memoria el fundamento de la experiencia y, por tanto de toda la enseñanza. Ya lo define así Aristóteles, en su ‘Metafísica’▶ «De la memoria nace, para los seres