Legado podemita
Lo más positivo que ha dejado Pablo Iglesias como legado, aparte de su partida, es cómo vivir como un rey criticando a la realeza, y como un rico utilizando al pobre. La incoherencia es la suculenta herencia que este profesor universitario ha dejado a su partido y a sus votantes al explicarles en pocas pero productivas lecciones lo que ya sabían, pero que nadie quiere reconocer en público, y es que el ser humano en ocasiones ve buena vida y la persigue salvaguardando su moral, al tiempo que su cartera, con medios que bordean la legalidad y desbordan la moralidad, pero, claro, no es lo mismo hacerlo circulando a pie que a bordo de un escaño en el Congreso. Ahora encaja que cuando las cosas se pusieron feas en su vida privada y en la laboral, con los palos electorales, haya mostrado tan poco empeño en defender a sus representados, abandonando el barco. niega la posibilidad de hacer una elección de plaza presencial o telemática con garantías (escoger la especialidad a la que nos dedicaremos toda la vida y el hospital en el que nos formarán en ello). Se nos obliga a hacer una lista de casi 8.000 plazas, con la consecuente pérdida de transparencia en el proceso al no poder ver lo que va escogiendo cada uno y con el riesgo de que queden plazas vacías. Un duro golpe al sistema sanitario, dada la situación actual.