El goteo de bajas merma su estructura territorial
El rearme ideológico que prepara Ciudadanos (Cs) coincide en el tiempo con la mayor crisis que vive el partido probablemente desde su fundación. La formación se juega su futuro y el goteo de bajas continúa, una semana más, después de la tregua vivida durante la campaña de las elecciones en la Comunidad de Madrid.
La semana pasada el golpe fue demoledor, con la renuncia a la afiliación de Marta Rivera de la Cruz, exconsejera de Cultura de la Comunidad de Madrid e integrante de la ejecutiva nacional, la fuga de cuatro diputados autonómicos en la Comunidad Valenciana –que sin embargo retienen el acta– y la rebelión de otros tres diputados en Baleares que se hicieron con el control del grupo contra el criterio de la dirección.
En la ejecutiva nacional tratan de sofocar los incendios y ven detrás de las últimas deserciones –a excepción de Rivera de la Cruz, muy cercana a la presidenta Isabel Díaz Ayuso– la ‘mano negra’ de su exsecretario de Organización Fran Hervías. Conocido en Cs como el Señor Lobo, personaje de la película ‘Pulp Fiction’, Hervías fue el responsable de la implantación de Cs a nivel nacional y maneja una red de contactos en el partido mucho mayor que la de los propios Albert Rivera e Inés Arrimadas.
Este periódico ya publicó en su momento la relevancia que tenía la incorporación de Hervías al PP –quien dio el salto a Génova tras presentar PSOE y Cs una moción de censura en la Región de Murcia– por su enorme influencia en la estructura territorial de Cs, que construyó en muchos casos con sus fieles.