Fotógrafo de vanguardia
Fue miembro del Foto-Cine Clube Bandeirante de Sao Paulo
Nacido en Sao Paulo en 1922, el fotógrafo German Lorca ha fallecido el 8 de este mes en la misma ciudad. Olvidado durante mucho tiempo, y contable de profesión en sus inicios, fue miembro del Foto-Cine Clube Bandeirante, y compaginó la fotografía creativa con la publicitaria. El rescate reciente del grupo ha puesto en valor su obra, así como la de Gertrudes Altschul, Geraldo de Barros, Dulce Carneiro, Thomas Farkas, Gaspar Gasparian, Marcel Giró y su mujer Palmira Puig (inmigrantes catalanes ambos), entre otros muchos...
Las dos fotografías más conocidas de German Lorca constituyen sendos homenajes, ambos fechados en 1960. El primero, a Mondrian, lógicamente ortogonal. Como también es lógico, el segundo, a Giorgio Morandi, el metafísico devenido pintor del silencio, consiste en un bodegón. Habrá quien se extrañe de que un brasileño rindiera homenaje tan temprano a quien en vida fue relativamente poco conocido fuera de Italia. Pero hay una explicación▶ precisamente uno de los pocos galardones que obtuvo el boloñés fue el gran premio de la Bienal de Sao Paulo de 1958.
German Lorca es, sobre todo, un peatón de Sao Paulo, y de hecho en 1954 fue nombrado fotógrafo oficial de su cuarto centenario. Superposiciones de negativos, muy ‘sinfonía urbana’. Dos personajes leyendo los diarios en busca de los anuncios de empleo. Una monja caminando con una niña. Otra niña con paraguas, sorteando un charco, y ciertamente la lluvia y los paraguas constituyendo dos de los ‘leitmotiv’ de la obra del fotógrafo. El juego de la luz sobre unos tejados de uralita, en una imagen a lo Sheeler, muy precisionista. Una ventana que es casi la de Sudek. Nocturnos con neones. Un coche en movimiento, como congelado.
Vistas de los parques y plazas arboladas que por suerte abundan en esa selva de cemento. Una locomotora arrastrando un mercancías. La Oca de Niemeyer en construcción. Un contraluz aeroportuario▶ siempre la invitación al viaje. Retratos, también▶ un colega, el portugués brasileñizado Fernando Lemos; el pintor y tipógrafo Alexander Wollner, formado en Ulm con Max Bill; o alguien al que le apasionaba la cultura latinoamericana como el magnate norteamericano Nelson Rockefeller, de paso por Sao Paulo, cámara en ristre.
Los últimos años han sido los del redescubrimiento de la obra de los ‘bandeirantes’. La noticia de la desaparición de German Lorca nos llega vía Rocío Santa Cruz, galerista gallega afincada en Barcelona que lo ha expuesto. Y coincide, precisamente, con ‘Fotoclubismo’, colectiva en el MoMA neoyorquino, integrada principalmente por obra adquirida por el museo, alguna de ellas a Rocío Santa Cruz, que ha enseñado obra del grupo en Arco o en Paris Photo, y especialmente activa en el frente Giró.