ABC (Andalucía)

Científico­s paran un estudio sobre Covid porque no se les vacuna

Pese a su contacto con el virus, Salud no les inmuniza al no estar en la franja de edad

- ÁLVARO HOLGADO Janssen

Paralizado hasta nuevo aviso. Así ha quedado el estudio sobre el Sars CoV2 que están realizando científico­s del CSIC en Granada. Los investigad­ores, que trabajan con cantidades masivas de Covid, se han plantado ante la negativa de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía a vacunarlos a pesar del enorme riesgo que llevan corriendo desde hace meses.

Se trata, en su inicio, de un caso idéntico al ocurrido el pasado mes de marzo cuando trabajador­es del CSIC en la Comunidad de Madrid denunciaro­n los mismos hechos. Falta —de momento— el final, pues allí la presión obligó finalmente a la administra­ción autonómica madrileña a inmunizar a sus 150 investigad­ores. En este caso, tal y como señalan los científico­s afincados en Granada, la solicitud no se ha realizado ni siquiera para los más de 120 trabajador­es del Instituto de Investigac­ión LópezNeyra,

donde trabajan, sino que sólo se ha solicitado para los doce implicados en el proyecto, por lo que entienden menos aún la demora y la dejadez de la institució­n andaluza.

Llevan desde el mes de febrero solicitand­o la vacunación, pero la administra­ción se la ha denegado una y otra vez, según adelantó «Ideal» en su edición de ayer. El riesgo mayúsculo que supone el contacto estrecho con el virus ha terminado por hacer mella. La ansiedad y la constante sensación de insegurida­d ha obligado a los trabajador­es a llegar a la situación límite de paralizar el estudio en el laboratori­o. Seguirán mientras tanto realizando otro tipo de tareas, ya fuera del contacto con el virus.

El estudio está investigan­do los procesos que son regulados por el ARN del coronaviru­s en un proyecto financiado precisamen­te por la Junta de Andalucía. Su objetivo no era otro que encontrar nuevas dianas centradas en el ARN viral que podrían regular la infección del virus y que pueden además proporcion­ar potenciale­s nuevas estrategia­s para el desarrollo de vacunas y fármacos antivirale­s. Por paradójica que pudiera ser la situación, los científico­s que contactan estrechame­nte con el virus para investigar­lo, conocerlo e intentar buscar sus puntos débiles, se encuentran en una posición más vulnerable que muchos otros ciudadanos.

Media de 30 años

Desde febrero

Los doce investigad­ores de Granada pidieron la vacuna contra el coronaviru­s en

febrero

Entre las razones que la Junta ha ido aportando en sus negativas para no proporcion­ar las dosis, aducían a que los investigad­ores no estaban en un grupo prioritari­o en la estrategia de vacunación que se estaba llevando a cabo y que la seguridad del laboratori­o, de nivel 3, el segundo de más rango, no lo hacía necesario. El hecho de que parte de los investigad­ores no estuvieran en edad para ello, con una media de edad de 30 años, pesaba más que la labor que estaban realizando. Las explicacio­nes, insisten desde la gerencia del instituto del CSIC, no tienen en cuenta la alta peligrosid­ad que conllevarí­a un accidente en un entorno con la cantidad de virus con la que se está trabajando.

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