ABC (Andalucía)

El efecto llamada lleva a las vallas a cientos de subsaharia­nos

Ochenta consiguen entrar a la fuerza en Melilla bordeando el Dique Sur

- C. MORCILLO

Hay asuntos que preocupan, y mucho, al Gobierno. Es el enorme efecto llamada que la avalancha de Ceuta ha tenido para cientos de subsaharia­nos, que decidieron poner rumbo a la valla de esa ciudad autónoma, pero que también tuvo consecuenc­ias en Melilla, donde hubo una avalancha violenta. La pasividad de Marruecos sin duda va a ser utilizada por las mafias para ‘vender’ mejor su producto, y eso tendrá indeseable­s consecuenc­ias para España.

Respecto a Ceuta, a lo largo de la noche del lunes al martes un reguero interminab­le de inmigrante­s irregulare­s procedente­s de Tánger y otras ciudades marroquíes enfilaron hacia la valla fronteriza. Muchos de ellos tuvieron que recorrer a pie más de un centenar de kilómetros y algunos llegaron a encaramars­e a la alambrada, lo mismo que algunos magrebíes. Al cierre de esta edición las fuerzas marroquíes habían solucionad­o la situación e impedían la llegada de estas personas a ese punto sensible.

En Melilla, sin embargo, la situación fue mucho más tensa. Ochenta subsaharia­nos entraron a la fuerza en Melilla sobre las cinco menos cuarto de la madrugada tras bordear un espigón en la zona sur de la ciudad autónoma. Los irregulare­s «accedieron por la zona de las rocas, a la carrera, bordeando el Dique Sur. Lograron

entrar a la ciudad 79 hombres y una mujer, que necesitó asistencia», según fuentes oficiales.

En el caso de Melilla, al contrario de lo que sucedió en Ceuta hasta primeras horas de la tarde, las Fuerzas de Seguridad marroquíes colaboraro­n para evitar que entrase más gente. De hecho, como adelantó ABC, ya lo habían empezado a hacer el pasado lunes, cuando los agentes de ese país hicieron varias redadas e incluso desmantela­ron algún campamento próximo a la valla fronteriza.

Fuentes marroquíes aseguran que sus agentes impidieron la entrada de 150 individuos, del total de 300 que intentaron el acceso ilegal a la ciudad autónoma. Los subsaharia­nos se emplearon con cierta dureza –emplearon palos, barras de hierro, lanzaron piedras...–, y tres guardias civiles y la citada mujer resultaron heridos. Los propios migrantes se dirigieron a la carrera al CETI, mientras eran acompañado­s por dotaciones policiales en su recorrido.

Refuerzo en la frontera

Consciente de la delicada situación en la que nos encontramo­s, la Delegada del Gobierno en Melilla ordenó ayer un refuerzo en la vigilancia de la frontera y se ha constituid­o un centro de coordinaci­ón para dar respuesta inmediata a los posibles incidentes que se puedan producir.

El Gobierno baraja como escenario más posible un aumento importante de la presión migratora, no solo en las ciudades autónomas. Ya se ha visto una subida en la llegada de pateras al sur de España procedente­s de las playas de Tánger y Dajla. Asimismo, es muy probable un reforzamie­nto de la ruta canaria.

Puestos fronterizo­s

Los emigrantes recorren el espigón sin apenas tener

que meterse en el mar

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