Nuevo giro en el caso por la muerte de Helena Jubany en 2001
El juez reabre el caso tras aportar la familia pruebas de que la joven sufría acoso
Nueva oportunidad, probablemente la última, para resolver la muerte de Helena Jubany, la joven bibliotecaria de 27 años hallada muerta en Sabadell en 2001, tras ser supuestamente arrojada inconsciente pero viva, a un patio interior de su edificio, desnuda, drogada y con quemaduras en su cuerpo después de haber recibido mensajes anónimos amenazantes.
Ahora, al filo de la prescripción del delito, un juzgado de Sabadell ha vuelto a abrir la investigación ante la aparición de nuevos indicios aportados por la familia, en este caso el contenido del disco duro del ordenador de Jubany, donde habría quedado registrado un chat en el que la joven expresaba su temor por el acoso que sufría por parte de una tercera persona. «Se dedica a perseguirme por los diferentes canales por donde estoy hablando con gente que conozco en persona, empieza a preguntar a la gente que me conoce cosas sobre mí, y el tío sabe mi currículum profesional de memoria», apuntaba.
Investigación deficiente
El caso de Helena Jubany, inicialmente archivado en 2005, dio un giro el pasado año, cuando el programa de TVC ‘Crims’, dirigido por Carles Porta, destapó la deficiente investigación llevada a cabo en su momento y aportaba nuevas pistas sobre el caso. Todas convergían en el grupo excursionista del que formaba parte Jubany, en el que coincidió con Santi Laiglesia y la pareja de éste, Muntsa Careta, supuesta colaboradora en el asesinato y que acabó suicidándose en prisión antes de ser juzgada. Finalmente, en 2005, el juez archivó la causa que se mantenía contra Laiglesia y otra integrante del grupo.
El programa ‘Crims’ aportó nuevos indicios contra Laiglesia, como la imposibilidad de que Careta actuase sola, o sobre la posible autoría de los anónimos amenazantes que Jubany recibió antes de morir. Sobre estos indicios, el juzgado de Sabadell reabrió el caso el pasado mes de agosto, si bien en marzo, la Audiencia de Barcelona, alegando que las pruebas no tenían suficiente base, ordenó de nuevo el archivo.
Dos meses después de esa decisión, el caso da un nuevo giro, y ayer el mismo juzgado ordenaba, con la posición favorable de la Fiscalía, nuevas investigaciones con objeto de analizar el disco duro del ordenador, lo que «podría dirigir la investigación hacia una persona hasta ahora desconocida o al menos no identificada como tal». «Quiere saber cosas de mí y la verdad es que no me hace ninguna gracia», apuntaba Jubany en uno de los chats sobre su supuesto acosador. El juez precisa que estos nuevos indicios no vinculan al antes investigado Santi Laiglesia, sino que suponen una «línea de investigación novedosa y desvinculada».