ABC (Andalucía)

EE.UU. y Rusia buscan calmar la relación ante la cumbre Biden-Putin

Washington hace un guiño a Berlín y retira sanciones al gasoducto Nord Stream 2

- JAVIER ANSORENA CORRESPONS­AL EN NUEVA YORK

La relación entre EE.UU. y Rusia vive turbulenci­as fuertes desde la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, pero ayer Washington y Moscú buscaron transmitir una sensación diferente. Los dos jefes de su diplomacia –el secretario de Estado, Antony Blinken, y el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov– mantuviero­n su primer encuentro en persona y pusieron el énfasis en las diferencia­s entre ambos gobiernos pero, también, en la posibilida­d de cooperar.

La reunión entre Blinken y Lavrov se produjo el miércoles por la noche en los márgenes de la cumbre del Consejo Ártico, el grupo de ocho países con territorio en el Círculo Polar. Llegaban a la cita en el momento más bajo para la relación de ambos países en décadas, con una Administra­ción Biden que ha prometido ser beligerant­e con el Gobierno de Vladimir Putin. Por primera vez en varias presidenci­as, Biden se negó a ‘empezar de cero’ con Putin, la habitual propuesta de sus antecesore­s para conducir a buen término la relación con Rusia. Al contrario, defendió que no pasaría una a Putin y actuaría frente a sus agresiones▶ campañas de ciberataqu­es –como la que sufrió en 2020 la compañía de software SolarWinds–, el intervenci­onismo en el este de Ucrania o las supuestas recompensa­s por la muerte de soldados estadounid­enses en Afganistán.

Washington y Moscú se han golpeado de forma mutua con sanciones en los primeros meses del año, un caldo de cultivo que no parece ideal para la cumbre que Biden y Putin podrían celebrar este verano. A pesar de la agresivida­d mostrada, el presidente de EE.UU. ha propuesto el encuentro como una forma de marcar la relación.

La cita entre Blinken y Lavrov es un anticipo de esa cumbre, y es uno de los asuntos de los que hablaron ambos altos cargos. El tono fue correcto, casi amistoso, iniciado entre sonrisas y un saludo con el codo. De cara al público mantuviero­n una mezcla de firmeza y apertura a la cooperació­n. Coincidier­on en que tienen «diferencia­s serias» pero que comparten «esferas en las que nuestros intereses coinciden», apuntó Lavrov.

De la amenaza al diálogo

Blinken recordó las palabras de Biden sobre Moscú▶ «Si Rusia actúa de forma agresiva contra nosotros, nuestros socios o aliados, respondere­mos», pero también reconoció «muchas áreas donde nuestros intereses se juntan».

EE.UU. engrasó la reunión con la noticia de que no sancionará a Nord Stream 2, la compañía alemana que lidera el gasoducto entre Rusia y Alemania, ni a su consejero delegado. Es un proyecto al que se opone con fuerza Washington por considerar­lo un arma geoestraté­gica de Moscú. Pero también es un guiño a Alemania, socio clave de Washington en la Unión Europea, y que impulsa su construcci­ón.

La canciller alemana, Angela Merkel, celebró ayer que Biden «se ha movido un poco hacia nuestra posición». EE.UU. sí sancionará a ocho compañías y buques que participan en la construcci­ón, pero está claro que esas medidas no evitarán que se finalice el proyecto.

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REUTERS El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, en Groenlandi­a

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