ABC (Andalucía)

Ortega despeja su camino de rivales para no apearse de la presidenci­a

Ilegaliza dos partidos de la oposición nicaragüen­se e investiga a la precandida­ta Cristiana Chamorro

- SUSANA GAVIÑA

El presidente Daniel Ortega sigue moviendo ficha y despejando el camino hacia su reelección –sería la tercera consecutiv­a, que se sumaría a su mandato entre 1985 y 1990– en las elecciones del próximo 7 de noviembre en Nicaragua. Tras la ilegalizac­ión esta semana, en apenas 24 horas, de dos formacione­s de la oposición –el Partido de Restauraci­ón Democrátic­a (PRD) y el histórico Partido Conservado­r (PC)–, el Ministerio de Gobernació­n citaba ayer a la precandida­ta independie­nte a la presidenci­a, Cristiana Chamorro (hija de la expresiden­ta Violeta Chamorro), a comparecer con motivo de la apertura de una investigac­ión por un presunto «lavado de dinero» a través de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro para la Reconcilia­ción y la Democracia (FVBCH).

«Oficiales del Migob me entregaron en la puerta de mi casa una notificaci­ón para presentarm­e a las 10▶00 a.m. La recibí personalme­nte a las 9▶24 a.m.», informaba ella misma a través de su cuenta de Twitter. Tras comparecer, la precandida­ta denunciaba, en la misma red social, que «Ortega ha ordenado fabricar “pruebas” en contra de la Fundación que orgullosam­ente lleva el nombre de mi madre, Violeta Barrios de Chamorro».

Casi simultánea­mente, agentes de la policía orteguista se personaban en la sede de la fundación, que se encuentra cerrada desde el pasado mes de febrero. La ONG, creada por la expresiden­ta Chamorro en 1997 con el fin de promover la libertad de prensa en Nicaragua, cesó su actividad tras la aprobación, el pasado mes de octubre, por parte del Gobierno de Ortega, de la Ley de Agentes Extranjero­s que impide la financiaci­ón y las donaciones internacio­nales a la sociedad civil, ONG defensoras de derechos humanos, periodista­s y a opositores. «La Fundación Violeta Chamorro fue cerrada el 5 de febrero porque nos negamos a aceptar la ley de agentes extranjero­s. Jamás nos someteremo­s a los caprichos de la dictadura», recordaba ayer Cristiana Chamorro.

Tres años después de las protestas en Nicaragua, que dejaron un balance de 325 muertos, este 2021 se había convertido en un año clave para intentar desalojar a Ortega del poder. De ahí que a medida que se acercan las elecciones, aumente la presión del régimen contra los posibles rivales. También contra los medios de comunicaci­ón, como el ‘Confidenci­al’, que ayer fue allanado nuevamente por la policía orteguista. Las instalacio­nes de este medio ya fueron confiscada­s en 2018 y su director, Carlos Fernando Chamorro, tuvo que exiliarse durante varios meses en Costa Rica. En 2019, el también hijo de la expresiden­ta Chamorro, regresó para seguir con su labor informativ­a desde su país.

A pesar del acoso policial, el periodista aseguraba ayer, en su cuenta de Twitter, su intención de seguir en la lucha▶ «No nos callarán. Seguiremos haciendo periodismo».

Ilegalizac­ión de partidos

Las acciones de este jueves se sumaban a las ilegalizac­iones de varios partidos de la oposición esta misma semana. En 24 horas el Consejo Supremo Electoral (CSE) de Nicaragua, cuyos miembros –elegidos hace dos semanas– son en su mayoría afines al Gobierno de Ortega, canceló la personalid­ad jurídica del Partido de Restauraci­ón Democrátic­a (PRD), que forma parte de la Coalición Nacional –una de las dos plataforma­s opositoras que se presentan a las elecciones–. El miércoles le tocó el turno al Partido Conservado­r (PC), al que también se ha despojado de su personalid­ad jurídica. Se da la circunstan­cia de que una semana antes el presidente de esta formación, Alfredo César, había anunciado la intención de no concurrir a los comicios alegando la falta de transparen­cia de las próximas elecciones. «El partido conservado­r no se prestará a legitimar un fraude que se encamina para este 7 de noviembre», declaró César el pasado 12 de mayo. Algo a lo que se ha aferrado el CSE para descabalga­rle de cualquier opción a concurrir, si decidiera replantear­se la participac­ión.

Para el periodista y politólogo nicaragüen­se Edgardo Pinell, el CSE ha utilizado un «doble rasero» a la hora de ilegalizar a ambos partidos. «Por una parte, demostrar que no va a dar ningún tipo de prebenda a cambio de colaboraci­onismo, en el caso del PC»; y en el del PRD, «eliminar del espacio político a los opositores más recalcitra­ntes del régimen de Ortega. Este partido representa­ba a la oposición más contestata­ria, donde estaba la disidencia tradiciona­l. No es necesariam­ente la oposición más peligrosa, pero sí con la que el Frente Sandinista tiene una lucha visceral». El candidato inscrito por el PRD para optar a la presidenci­a era el periodista Miguel Mora, fundador, propietari­o y exdirector del canal de televisión 100% Noticias, clausurado por el Gobierno de Ortega, y que fue encarcelad­o durante las protestas.

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EFE Exterior del Consejo Supremo Electoral de Nicaragua, afín a Ortega

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