«Todos quieren ponerse la segunda dosis con la anglosueca»
Impotencia, confusión y enfado. Son algunos de los sentimientos con los que conviven a diario los casi dos millones de personas menores de 60 años que recibieron la primera dosis de AstraZeneca y ahora deben decidir qué fármaco utilizarán para completar la pauta de vacunación. La mayoría son trabajadores de servicios esenciales, como bomberos, policías, guardias civiles o profesores que fueron vacunados en marzo y ahora deberán firmar un consentimiento informado para poder recibir el segundo pinchazo con AstraZeneca o Pfizer.
«Fuimos prioritarios durante la pandemia y ahora el Gobierno deja bajo nuestra responsabilidad lo que nos pudiera pasar con la segunda dosis de la vacuna», se queja Gabriela Cartolari, psicóloga de los servicios sociales de Protección a la Infancia en la Comunidad de Madrid. Esta profesional de 45 años no contempla la opción de recibir la segunda dosis de Pfizer, ya que considera que el estudio del Instituto Carlos III con apenas 600 voluntarios es poco fiable, por eso piensa en decantarse por completar la pauta con AstraZeneca. Su primera dosis la recibió el 21 de marzo y debía recibir la segunda hoy. «Nadie te dice nada. Estoy intentando leer y enterarme pero no sé si la vacuna tendrá efectividad si me la ponen fuera de plazo», comenta.
Jaime Astorga (nombre ficticio) también estuvo en primera línea durante los meses más duros de la pandemia. Es policía nacional en una comisaría de Madrid, tiene 29 años y se vacunó el pasado 2 de marzo en el estadio