Buen diplomático
cía en su discurso, hace falta mejorar la educación, la formación profesional y las dificultades de financiación. Puso especial empeño en la nueva ley de Enseñanza aprobada en 2019. A pocos kilómetros al sur de Ceuta se encuentra el Rif, la región donde se demandan servicios básicos como un hospital o institutos o mejorar los transportes o impulsar su potencial económico y que forzó al rey a cesar a varios ministros en busca de soluciones. Los indultos reales han llegado a centenares de presos menos a los líderes de las protestas como Nasser Zafzati.
Veinte años son mucho
Los expertos que conocen Marruecos recurren a un hecho incontestable▶ en estos 21 años de reinado de Mohamed VI la evolución y el cambio ha sido espectacular. La recomendación es mirar las calles, es raro encontrar los viejos mercedes desvencijados o un carro tirado por un burro, se ha renovado todo el parque automovilístico. En 1999 había 400 kilómetros de autopistas, ahora hay 1.800. El viaje de Tánger a Casablanca tarda poco más de una hora gracias al tren de alta velocidad, inaugurado en 2018. Esta ha sido una de las más controvertidas decisiones del monarca alauí que ha sido reconocida por sus primeros resultados. Nada más llegar al trono en 1999 con 35 años, Mohamed VI era consciente de la gran personalidad de su padre, Hassan II, y de la necesidad de marcar sus propias formas más volcadas hacia las necesidades interiores de los marroquíes y no tanto a las relaciones internacionales.
Aprovechó las reformas emprendidas con la reforma constitucional de 1997, ratificó al socialista Abdelrramán El Youssoufi como primer ministro y dio el golpe al cesar al todopoderoso y temido ministro del Interior durante 20 años Dris Basri. Comenzó con mucho empuje su reinado consciente de la necesidad de anclar a Marruecos en el siglo XXI con los cambios y reformas adecuados en el terreno político, en el económico-comercial, en el energético y en lo social. Pero, sobre todo, en algo tan complicado como la mentalidad. Queda mucho por hacer, pero se ha avanzado con el código de familia en 2004 donde los derechos de las mujeres se han reconocido, aunque quedan situaciones pendientes como las bodas de menores. Uno de los puntos cruciales de referencia del reinado de Mohamed VI se produjo tras la aparición de la Primavera Árabe en varios países. En Marruecos se constituyeron varios movimientos de protesta que fueron contrarrestados con una reforma constitucional en la que el rey renunciaba a su carácter sagrado y recortaba parte de sus poderes y mantuvo los ministerios clave denominados de soberanía como Asuntos Exteriores, Interior y Asuntos Religiosos; así como la inviolabilidad de su persona y ser la máxima autoridad religiosa como Comendador de los Creyentes.
Un miembro cercano al círculo de poder marroquí reconocía la habilidad del rey de ponerse al frente de las reivindicaciones populares. El resultado de las elecciones deparó un gobierno encabezado por el partido islamista moderado, el Partido Justicia y Desarrollo, que renovó la confianza de los electores en 2016. Desde entonces, la corona marroquí y el gobierno cohabitan con respeto, pero con una influencia final del jefe del Estado. Las próximas elecciones generales serán después del verano.
Política de inmigración
Marruecos decidió dar un cambio en su estrategia regional de inmigración y tomó varias decisiones trascendentes como el regreso a la Unión Africana, organización que había abandonado al acoger a la República Árabe Saharaui Democrática.
La diplomacia marroquí ha logrado que más de diez países africanos cambien su posición y abran representación diplomática en el Sahara, reconociendo así la soberanía marroquí sobre lo que consideran sus provincias del sur, tal y como ha hecho EE.UU., Emiratos Árabes Unidos y Jordania, entre otros. El gran espaldarazo de Washington es utilizado por Rabat para lograr más apoyos como el de Francia y pretende también el de España y de la UE. La negativa española enturbia las relaciones que han entrado en una crisis grave por la presencia en un hospital de Logroño del líder del Polisario y el asalto de miles de jóvenes en la frontera de Ceuta. Marruecos cambió su política de inmigración para reforzar su papel de líder africano con la regularización de más de 50.000 subsaharianos en los últimos cinco años.