Junts marcará a Aragonès colocando al hispanófobo Puigneró de vicepresidente
El dirigente de ERC asume el cargo sin menciones al 1-0 ni a los presos del «procés»
Pere Aragonès es desde anoche el nuevo presidente de la Generalitat de Cataluña. Su toma de posesión, en un acto que quiso rodearse de cierta pompa si se compara con la ceremonia de trámite que aupó a Quim Torra tras el 155, ejemplifica la nueva etapa que ERC pretende inaugurar al frente de la institución, una etapa, con todo, marcada por la debilidad de un Ejecutivo que no lo es tanto por su exiguo apoyo parlamentario como por el quebranto interno que ya se intuye por la presencia en el Govern tanto de los republicanos como de Junts. La plaza Sant Jaume vacía tras tantos días históricos era en realidad un ejemplo de impotencia.
De entrada, Aragonès ya tiene asumido, o debería empezar a hacerlo, que más que las dificultades externas, o la negociación que de inmediato quiere abrir con el Gobierno –como ya avanzó, ayer– el mayor reto del nuevo ejecutivo es de orden interno. Ayer mismo se conocía que Jordi Puigneró, un puigdemontista de la línea más populista, es la persona elegida por Junts para ocupar la vicepresidencia. Tras las renuncias de Elsa Artadi y de Josep Rius, el puesto de vicepresidente era la principal incógnita que quedaba por despejar de un ejecutivo cuyos integrantes asumirán mañana sus funciones. Si en el flanco económico Junts coloca al exdirector general de la Fundación La Caixa Jaume Giró, Puigneró está llamado a ostentar el peso político de Junts en el Ejecutivo, si bien conservará también el área de Políticas Digitales, que ostenta ahora.
En su discurso tras asumir el cargo, Aragonès volvió a proclamar que su compromiso es «hacer inevitable la amnistía y la autodeterminación», un propósito irreal y que contrasta con el tono general de una intervención que más bien indica la apertura de una legislatura que se quiere muy centrada en la gestión. Ninguna alusión, por ejemplo, al 1 de octubre, o a los encarcelados –los tenía delante– y «exiliados», o al propio Puigdemot, obligatorias hasta hace muy poco. Mucho guiño social, feminismo, ecologismo, lucha contra la pandemia, un discurso en el que, vino a decir Aragonès, la plenitud nacional se alcanza por los derechos sociales y el estado del bienestar, «lo auténticamente revolucionario». Aragonès asumió su nueva responsabilidad, dijo, «de acuerdo con la voluntad popular de la ciudadanía de Cataluña», sin citar la Constitución, el Estatuto ni al Rey tal como tampoco hicieron sus predecesores Torra y Puigdemont.
Sin renuncias
Es en este contexto, y en contraste, que la designación de Puigneró indica que Junts no está dispuesta a renunciar al liderazgo del secesionismo más irredento, también al populismo que define a esta formación. Así, Puigneró responde al perfil de político de Junts más adicto a Puigdemont. De hecho él mismo se declara «puigdemontista».
Siendo suaves, Puigneró es un político que va más allá de lo excéntrico, y que ha combinado su afición por la pseudohistoria y las teorías conspiranoicas con ramalazos hispanófobos muy apreciados por el independentismo más ultra. Puigneró, por ejemplo, es un notorio defensor de la catalanidad de Colón, entre otros personajes históricos. «Nosotros, los catalanes, hemos descubierto América. Y el resto ha sido una gran mentira al servicio de España que ahora ya no nos tiene que preocupar ni espantar», escribió en un libro del polémico Institut Nova Història de Catalunya.
Puigneró también es conocido por ser el impulsor del proyecto de nanosatélites catalán, una iniciativa que la industria del sector defiende como viable pero que él mismo se encargó de ridiculizar al propagar, usando la misma terminología de quien intentaba minsuvalorarlo, que la Generalitat impulsaba una «Nasa catalana». Puigneró es también el principal promotor de la llamada «república digital catalana», el intento de trasladar a la esfera virtual la secesión de España, un proyecto que cuenta con el apoyo entusiasta de Puigdemont. Llegó a estar imputado por su papel como secretario catalán de Telecomunicaciones en los hechos de 2017. Puigneró es también el impulsor de la Agencia de Ciberseguridad de Cataluña.
Muy activo en las redes sociales, ha
Amenaza
La principal amenaza del nuevo ‘president’ no es externa, sino del flanco
de Junts
un desprecio a España muy aplaudido por sus seguidores, refiriéndose en ocasiones a este país como «ejpañistán». «¿Sabéis cuál es la diferencia entre un español y un mongol? Una medalla», escribía durante los Juegos de Londres de 2012.
El Consell aprieta
La designación de un puigdemontista de este talante como vicepresidente no es la única preocupación de Aragonès. Ayer mismo, pocas horas antes de asumir el cargo, el Consell per la República (CpR) reclamó al independentismo que no limite su estrategia «a una negociación con el Estado español, que probablemente no garantizará el derecho a la autodeterminación» en lo que evidentemente se leyó como una advertencia a ERC. Por esta razón, el Consell pide preparar «de manera rigurosa y metódica las condiciones necesarias para responder con éxito a la confrontación a la que el Estado probablemente nos conducirá».
La nota de esta entidad presidida por Puigdemont es una clara señal de que no quiere perder protagonismo, si bien el acuerdo de investidura entre ERC y Junts la deja provisionalmente en un segundo plano mientras no reformule su constitución. Ahora controlada por Puigdemont y el también fugado Toni Comín, se ha acordado que los tres partidos independentistas –ERC, Junts y la CUP– y las dos principales entidades –la ANC y Òmnium– se integren en la misma, convirtiendo el nuevo Consell en una suerte de ente colegiado que ejerza de rector de la estrategia secesionista. «No podemos renunciar a ninguna de las vías democráticas y pacíficas que sean necesarias para conseguir este objetivo», insistía ayer la entidad.
Es en este contexto en el que echa a andar el nuevo ejecutivo. Hoy asumirán el cargo los nuevos consejeros. Además de los citados Puigneró y Giró en Vicepresidencia y Economía, Junts coloca a Victòria Alsina en Acción Exterior, a Lourdes Ciuró en Justicia y al independiente Josep Maria Argimon en Sanidad, dentro de las consejerías con más peso.
Por parte de Esquerra, Joan Ignasi Elena, uno de los rebotados del sector catalanista del PSC ahora en el regazo de ERC, será el nuevo consejero de Interior, mientras que el expresidente del Parlament Roger Torrent asumirá Trabajo y Empresa. También a propuesta de los republicanos, Laura Vilagrà asumirá Presidencia, convirtiéndose de hecho en la número dos del bloque del Govern controlado por los republicanos. Un ejecutivo partido en dos.
A la izquierda, Aragonès, con el inhabilitado Quim Torra; arriba, Jordi Cuixart, Jordi Sànchez y Oriol Junqueras, los tres con permiso penitenciario; abajo, el nuevo presidente con su mujer