El PSC busca ensanchar su poder en firmas estratégicas con el asalto a Indra
∑De consumarse el relevo en la cúpula de la tecnológica, el socialismo catalán controlaría empresas que facturan más de 8.200 millones al año
Pedro Sánchez ha profesionalizado la tradicional cuota política del PSC. El presidente del Gobierno no solo ha mimado a la formación en el Consejo de Ministros, sino que también ha trufado las compañías públicas de empresarios ligados a los socialistas catalanes. Un guiño a un partido que fue determinante en la llegada al poder de Sánchez y que ha provocado que hoy antiguos dirigentes del PSC controlen empresas clave para las infraestructuras que facturan más de 8.200 millones de euros el año de la pandemia y controlan unos 72.000 empleos.
El último está siendo el ‘caso Indra’. La semana pasada se conoció que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), máximo accionista de la compañía con el 18,7% del capital social, había impulsado el cese del presidente, Fernando AbrilMartorell. Una decisión que fue abordada ayer en el seno del grupo, y que se paralizó por las discrepancias de buena parte del consejo ante el perfil del sustituto, Marc Murtra (Blackburn, Reino Unido, 1972), propuesto también por la SEPI.
El asalto político del Gobierno no está bien visto por algunos de los miembros del órgano, que ayer presentaron resistencia a que el asalto del Ejecutivo fructifique en la conquista de la empresa. Así las cosas, hoy se reunirá de nuevo la comisión de nombramientos del grupo para proseguir con sus deliberaciones y, antes del jueves, será el propio consejo el que decida sobre su entrada al cargo. También deberá pasar por junta de accionistas el próximo mes.
De consumarse, el cambio supondría pasar de un perfil técnico como Abril-Martorell, que llevaba en el cargo desde 2015 y había sobrevivido al trasvase de poder de Rajoy a Sánchez, a uno mucho más político. Alternando con su dedicación al sector privado, Murtra acumula años de experiencia en la Administración, siempre vinculado al PSC, partido en el que sigue militando. En el Ayuntamiento de Barcelona, en la época de Joan Clos como alcalde, fue gerente, no electo, del área de Educación, Cultura y Bienestar. De la mano de Clos daría también el salto a Madrid, donde se integró en el Ministerio de Industria cuando el ya exalcalde fue designado ministro. Murtra fue su director de gabinete.
El relevo es la última consecuencia de las desavenencias que han tenido en los últimos meses la SEPI y AbrilMartorell. Una relación que terminó de resquebrajarse por dos conflictos▶ el ambicioso ajuste de empleo que quería acometer el directivo en Indra, paralizado finalmente por la presión sindical, y su negativa a pujar por ITP Aero pese a la insistencia del ‘holding’ público. Tal y como informó ABC, el cese del empresario segoviano supone un aviso del Gobierno, muy crítico con los ERE de la banca, a los presidentes de empresas públicas que estén tentados de acometer reestructuraciones draconianas. Más influencia
Pero no solo eso. En el PSC se entiende este desembarco como una demostración de la cuota e influencia que está alcanzando el partido en el seno de la familia socialista, y de manera particular el buen momento por el que pasan las relaciones entre el partido catalán y su hermano en el resto de España. Como resultado, el partido catalán ha accedido a la presidencia de AENA, Renfe, Hispasat e Indra, cuatro empresas clave para España, tanto por facturación como por empleo. Entre todas registraron unos ingresos de 8.274 millones de euros el año pasado, una cifra que estuvo condicionada además por la pandemia; en 2019, la facturación conjunta rondó los 10.000 millones de euros.
Sintonía
Los nombramientos
ponen de manifiesto la buena relación
PSOE-PSC
Un sector clave
Las infraestructuras son un asunto especialmente sensible en la región catalana
Cifras clave
El peso de estas corporaciones también se deja notar en el empleo. Entre Indra, Renfe, AENA e Hispasat suman más de 72.000 puestos de trabajo. Más de la mitad corresponden además a Indra, que a finales de 2020 contaba con 47.980 trabajadores tras reducirla un 4,7% durante el año de la pandemia.
Corporaciones estratégicas que han pasado a manos del PSC por voluntad del Ejecutivo de Pedro Sánchez. Atrás quedan ya los desencuentros durante la época del tripartito, por no hablar de la fase inicial del proceso soberanista, cuando los coqueteos de esta formación con el llamado ‘derecho a decidir’ llevaron prácticamente a la ruptura y se llegó a especular con la posibilidad de resucitar una federación catalana del PSOE al margen del
PSC o, posteriormente, cuando los diputados socialistas catalanes en el Congreso no acataron la abstención en la investidura de Mariano Rajoy en 2016.
Los tiempos ahora son otros, y la asunción por parte del PSOE de los postulados federalistas que siempre ha defendido el PSC, y el alineamiento de este partido dentro del constitucionalismo coincidiendo con la fase terminal o agónica del ‘procés’, explican lo que no puede calificarse
esté produciendo en el sector de las infraestructuras es relevante en una región donde este es un tema sensible. En este contexto, el nombramiento que ha adquirido un mayor protagonismo es el de Maurici Lucena en AENA. El ente promueve una ampliación del aeropuerto de Barcelona, en paralelo a la de Barajas, que no ha sido bien acogida ni por los ayuntamientos vecinos ni por el de Barcelona, con la alcaldesa Colau en contra por su impacto ecológico. Tampoco desde la Generalitat se apoya una ampliación que, por contra, sí cuenta con la adhesión de los agentes económicos de la ciudad, que ya han anunciado movilizaciones.
Está por ver cómo se resuelve este enfrentamiento, porque el directivo ya ha amagado en un par de ocasiones con abandonar el puesto que ocupa en el gestor aeroportuario. La primera se produjo en pleno periodo electoral, cuando Illa anunció que confiaría en él como vicepresidente económico si era nombrado presidente de la Generalitat. Y la segunda ha sido recientemente, cuando el exportavoz del PSC entró en las quinielas como posible sustituto de Abril-Martorell.
Apuesta por Renfe
El debate medioambiental entre AENA y la Administración (tanto catalana como central) ha encumbrado a otra empresa pública en manos de un antiguo dirigente del PSC▶ Renfe. El operador ferroviario, presidido por Isaías Táboas, se ha convertido en un eje de la transición ecológica del Gobierno, que pretende fomentar el uso del tren en detrimento del avión para reducir las emisiones anuales de CO2.
El año pasado, ese ‘apoyo’ se tradujo en una transferencia del Ejecutivo al operador ferroviario de casi 1.500 millones de euros. ¿El concepto? Una compensación por la explotación de las líneas de obligación de servicio público (Cercanías y media distancia) que opera Renfe y que pese a ser deficitarias son imprescindibles para la vertebración del territorio nacional. El Estado realiza aportaciones de este tipo todos los años, pero lo cierto es que la de 2020 fue casi un 20% más alta que la de 2019. Un ‘empujón’ financiero que representó casi la mitad de los ingresos de Renfe, según las cuentas provisionales de la compañía.
Hispasat, por su parte, no alcanza las cifras de facturación y empleo del resto de empresas, pero es incluso más estratégica, porque controla los satélites de telecomunicaciones españoles. Hace tres años, el Gobierno bloqueó la opa de Atlantia por Abertis porque esta última poseía el 89% de Hispasat. Finalmente, la italiana –que compró Abertis junto con ACS– sacó adelante la operación al comprometerse a vender la participación, que acabó en manos de la pública Red Eléctrica de España (REE). Con el operador de satélites en sus tripas, la empresa controlada por la SEPI impulsó el nombramiento del exalcalde de Barcelona, Jordi Hereu, como presidente de Hispasat.