Murtra, nuevo presidente de Indra, tutelado y sin poderes dentro de la compañía
► Las funciones ejecutivas recaen en 2 directivos de la cuerda de Abril-Martorell
El plan de la SEPI para asaltar Indra se ha quedado a medio camino. El candidado del Gobierno, Marc Murtra, fue nombrado ayer presidente no ejecutivo de la compañía, por lo que ocupará un cargo institucional y no poseerá el control de la tecnológica.
El Gobierno ha pinchado en hueso con Indra. Marc Murtra, el candidato propuesto por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) para sustituir a Fernando Abril-Martorell, fue designado ayer presidente no ejecutivo de la tecnológica. Un puesto ‘de paja’, creado específicamente para él, que evitará que el empresario ligado al PSC tenga el poder de la compañía.
Serán dos directivos de la casa, ambos cercanos a Abril-Martorell, los que decidirán el futuro de la compañía: Ignacio Mataix y Cristina Ruiz, responsables respectivamente de las divisiones de Transporte y Defensa. La empresa notificó ayer a la CNMV que ambos recibirán las funciones ejecutivas que deja el ya expresidente de la compañía.
Fue precisamente el directivo segoviano el que encumbró tanto a Mataix como a Ruiz dentro de Indra. Con el primero mantiene una buena amistad forjada hace años, ya que ambos estudiaron juntos. Una relación de confianza que motivó, en parte, el desembarco de Mataix en Indra hace poco más de tres años.
Curiosamente, el empresario dirigía hasta entonces ITP Aero, la empresa vasca de fabricación de motores aeronáuticos que supuso el germen de la ruptura entre Abril-Martorell y la SEPI. El holding industrial, presionado por el PNV, quería que Indra comprara la compañía, valorada en 1.500 millones. Abril-Martorell, empeñado en mantener la estabilidad financiera de la tecnológica, se negó.
Cristina Ruiz acumula todavía más años en la empresa que su homólogo. Llegó a Indra en 2011 para capitanear el negocio de energía, y seis años más tarde fue designada consejera ejecutiva. En ese momento, la cotizada cesó a Javier de Andrés, desterrando así el cargo de consejero delegado que ahora ha recuperado para hacer hueco en la empresa a Murtra.
La nueva estructura impulsada por el consejo forma parte de un complejo equilibrismo para contentar tanto al Estado como a los inversores institucionales. Tal y como informó ABC, estos últimos pusieron el grito en el cielo cuando se les notificó la llegada de Murtra, porque consideraban que no tenía preparación suficiente para dirigir una compañía con casi 50.000 empleados. Si bien el empresario ha desempeñado labores de consultor en determinadas operaciones empresariales, prácticamente toda su carrera ha estado vinculada a la política, ya que ha ocupado cargos tanto en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero como en el Ayuntamiento de Barcelona con el también socialista Joan Clos. Fuentes del mercado explican a este periódico que en los últimos días se han paralizado varias operaciones en el capital social de la compañía por la injerencia del Gobierno con el intento de encumbrar a Murtra.
Pero en el seno de la compañía son conscientes de la importancia que tiene la SEPI dentro del grupo. El Estado no es solo el principal accionista de Indra, con más del 18% del capital social, sino que también es su principal cliente. Sin ir más lejos, hace un par de años el Gobierno eligió, por delante de Airbus, a Indra como «coordinador nacional» del futuro avión de combate europeo, el FCAS, que sustituirá al Eurofighter.
Es por ello que Murtra, aunque institucional, acaba haciéndose con un sillón dentro de la empresa, donde ya no estará Abril-Martorell, que se despidió ayer con una carta a sus trabajadores en la que destacaba «el gran esfuerzo realizado» al frente de la empresa. El fin del culebrón fue aplaudido por el mercado: tras caer con fuerza en las últimas sesiones, Indra logró repuntar un 1,5% ayer en Bolsa.