Infecciones infantiles de invierno afloran con fuerza a las puertas del verano
► Los hospitales y centros de salud asisten a un repunte inédito de casos de bronquiolitis y otras enfermedades respiratorias infantiles
Con la llegada del buen tiempo se está produciendo un hecho insólito: han repuntado los casos de bronquiolitis y otras infecciones respiratorias. Entre los expertos gana fuerza la teoría de que tras la bajada de la incidencia del SARS-CoV-2 reaparecen los otros virus respiratorios.
Las bronquiolitis han vuelto tras un otoño e invierno tranquilo para padres y pediatras. Esta infección respiratoria aguda de vías bajas, causada fundamentalmente por el virus respiratorio sincitial, es la más frecuente en niños menores de dos años y la principal causa de hospitalización en pediatría. Tradicionalmente, su época del año favorita para colapsar urgencias era noviembre y diciembre, pero este año, en plena pandemia de Covid-19, no apareció, al igual que pasó con la gripe. Sin embargo, a finales de mayo, cuando ya nadie la esperaba, se está produciendo un repunte de los casos de esta y otras infecciones respiratorias como la laringitis, típica de octubre y noviembre.
«Ahora sobre todo deberíamos tener alergias y gastroenteritis pero estamos viendo bronquiolitis. No tenemos un pico alto de epidemia pero se está incrementando», explica a ABC Paula Vázquez, presidenta de la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría, englobada dentro de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y coordinadora de urgencias pediátricas del hospital Gregorio Marañón de Madrid.
El Sistema de Vigilancia de la Gripe y otros virus respiratorios en España refleja este ligero repunte del virus respiratorio sincitial, el que causa la mayoría de las bronquiolitis. En el último informe semanal publicado (del 10 al 16 de mayo) se han registrado 5 detecciones en laboratorio tras una temporada invernal en la que lo normal ha sido encontrarse cero casos. El mismo documento recoge que la tasa global de infecciones respiratorias agudas detectadas en Atención Primaria (IRAs) es de 180 casos por 100.000 habitantes, aunque las mayores tasas de incidencia se presentan en el grupo de 0-4 años (667,6 casos/100.000 h), donde se observa una tendencia ascendente desde la semana 10/2021 (del 8 al 14 de marzo).
La doctora Paula Vázquez achaca esta reaparición de virus típicos del otoño-invierno a la baja incidencia actual del SARS-CoV-2. «Desde que llegó el Covid, lo único que ha coexistido con él es el rinovirus (catarro común) y ahora que baja la incidencia del coronavirus salen otros como bocavirus, parainfluenza o virus respiratorio sincitial, que causan bronquiolitis y laringitis», apunta. Un fenómeno que podría explicarse con la teoría del nicho ecológico, por el cual la alta transmisión de un nuevo virus desplaza a otros que pueden compartir nicho. Ya ocurrió en la primavera del hemisferio sur: en Australia, también vivieron la reaparición de bronquiolitis a destiempo.
En nuestro país, de momento, no han llegado a saturar las urgencias, que sí se encuentran «enlentecidas», señala Vázquez. La experta lo atribuye a lo inesperable de la situación y a los protocolos que se siguen en los hospitales por el Covid: «Tenemos un doble circuito para casos de bajo y alto riesgo, nos tenemos que poner los EPIS, se hacen más pruebas diagnósticas, a todo niño con cuadro respiratorio de alto riesgo se le hace PCR o test rápido. Todo esto retrasa un poco el flujo de los pacientes y va más lento». Lo que sí cree es que la bronquiolitis no alcanzará un pico de epidemia como en diciembre de otros años porque «las medidas de protección se siguen usando, hace buen tiempo y dentro de poco llegan las vacaciones».
Un invierno sin tos ni mocos
Coincide la doctora Teresa Cenarro, pediatra de Atención Primaria en Zaragoza y vicepresidenta de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), en que no estamos ante una epidemia. «Más que porque haya
muchos casos llama la atención que se trata de patologías que no habíamos visto desde el inicio de la pandemia. Este invierno no ha habido tos y mocos. Las gastroenteritis las hemos seguido viendo, aunque con menor incidencia, pero procesos respiratorios habían desaparecido y han vuelto a reaparecer. Es muy curioso», afirma. En esta época del año, lo típico era encontrarse, cuenta, la enfermedad de boca, mano, pie; anginas por estreptococo, procesos febriles por adenovirus, megaloeritema o gastroenteritis.
Además de la hipótesis del nicho ecológico, que esta pediatra comparte, también cree que ha influido la vuelta a las escuelas infantiles en abril de niños que no habían ido el resto del curso. «En Aragón muchos niños no empezaron la guardería en septiembre sino en abril, con la mejora de la situación y el buen tiempo, porque sus padres han podido conciliar», explica. La doctora Cenarro tampoco vaticina una epidemia de bronquiolitis: «Ahora hacemos mucha vida al aire libre, hace buen tiempo y es mucho más difícil el contagio de virus respiratorios».
Para evitar la propagación de bronquiolitis es fundamental una buena higiene de manos. «Se transmite por las secreciones mediante las manos o fómites (objetos contaminados)», recuerda la doctora Paula Vázquez. Se trata de una enfermedad especialmente grave en niños muy pequeños. «A los recién nacidos solo deberían cogerlos en brazos sus padres. Nadie acatarrado debe acercarse al bebé. Si es la madre la que está enferma, con mascarilla. Y el lavado de manos es fundamental siempre», concluye.
Respecto al Covid-19, la doctora Vázquez lanza un mensaje de tranquilidad: «No está habiendo ingresos de niños».