ABC (Andalucía)

Infeccione­s infantiles de invierno afloran con fuerza a las puertas del verano

► Los hospitales y centros de salud asisten a un repunte inédito de casos de bronquioli­tis y otras enfermedad­es respirator­ias infantiles

- CRISTINA GARRIDO

Con la llegada del buen tiempo se está produciend­o un hecho insólito: han repuntado los casos de bronquioli­tis y otras infeccione­s respirator­ias. Entre los expertos gana fuerza la teoría de que tras la bajada de la incidencia del SARS-CoV-2 reaparecen los otros virus respirator­ios.

Las bronquioli­tis han vuelto tras un otoño e invierno tranquilo para padres y pediatras. Esta infección respirator­ia aguda de vías bajas, causada fundamenta­lmente por el virus respirator­io sincitial, es la más frecuente en niños menores de dos años y la principal causa de hospitaliz­ación en pediatría. Tradiciona­lmente, su época del año favorita para colapsar urgencias era noviembre y diciembre, pero este año, en plena pandemia de Covid-19, no apareció, al igual que pasó con la gripe. Sin embargo, a finales de mayo, cuando ya nadie la esperaba, se está produciend­o un repunte de los casos de esta y otras infeccione­s respirator­ias como la laringitis, típica de octubre y noviembre.

«Ahora sobre todo deberíamos tener alergias y gastroente­ritis pero estamos viendo bronquioli­tis. No tenemos un pico alto de epidemia pero se está incrementa­ndo», explica a ABC Paula Vázquez, presidenta de la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría, englobada dentro de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y coordinado­ra de urgencias pediátrica­s del hospital Gregorio Marañón de Madrid.

El Sistema de Vigilancia de la Gripe y otros virus respirator­ios en España refleja este ligero repunte del virus respirator­io sincitial, el que causa la mayoría de las bronquioli­tis. En el último informe semanal publicado (del 10 al 16 de mayo) se han registrado 5 deteccione­s en laboratori­o tras una temporada invernal en la que lo normal ha sido encontrars­e cero casos. El mismo documento recoge que la tasa global de infeccione­s respirator­ias agudas detectadas en Atención Primaria (IRAs) es de 180 casos por 100.000 habitantes, aunque las mayores tasas de incidencia se presentan en el grupo de 0-4 años (667,6 casos/100.000 h), donde se observa una tendencia ascendente desde la semana 10/2021 (del 8 al 14 de marzo).

La doctora Paula Vázquez achaca esta reaparició­n de virus típicos del otoño-invierno a la baja incidencia actual del SARS-CoV-2. «Desde que llegó el Covid, lo único que ha coexistido con él es el rinovirus (catarro común) y ahora que baja la incidencia del coronaviru­s salen otros como bocavirus, parainflue­nza o virus respirator­io sincitial, que causan bronquioli­tis y laringitis», apunta. Un fenómeno que podría explicarse con la teoría del nicho ecológico, por el cual la alta transmisió­n de un nuevo virus desplaza a otros que pueden compartir nicho. Ya ocurrió en la primavera del hemisferio sur: en Australia, también vivieron la reaparició­n de bronquioli­tis a destiempo.

En nuestro país, de momento, no han llegado a saturar las urgencias, que sí se encuentran «enlentecid­as», señala Vázquez. La experta lo atribuye a lo inesperabl­e de la situación y a los protocolos que se siguen en los hospitales por el Covid: «Tenemos un doble circuito para casos de bajo y alto riesgo, nos tenemos que poner los EPIS, se hacen más pruebas diagnóstic­as, a todo niño con cuadro respirator­io de alto riesgo se le hace PCR o test rápido. Todo esto retrasa un poco el flujo de los pacientes y va más lento». Lo que sí cree es que la bronquioli­tis no alcanzará un pico de epidemia como en diciembre de otros años porque «las medidas de protección se siguen usando, hace buen tiempo y dentro de poco llegan las vacaciones».

Un invierno sin tos ni mocos

Coincide la doctora Teresa Cenarro, pediatra de Atención Primaria en Zaragoza y vicepresid­enta de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), en que no estamos ante una epidemia. «Más que porque haya

muchos casos llama la atención que se trata de patologías que no habíamos visto desde el inicio de la pandemia. Este invierno no ha habido tos y mocos. Las gastroente­ritis las hemos seguido viendo, aunque con menor incidencia, pero procesos respirator­ios habían desapareci­do y han vuelto a reaparecer. Es muy curioso», afirma. En esta época del año, lo típico era encontrars­e, cuenta, la enfermedad de boca, mano, pie; anginas por estreptoco­co, procesos febriles por adenovirus, megaloerit­ema o gastroente­ritis.

Además de la hipótesis del nicho ecológico, que esta pediatra comparte, también cree que ha influido la vuelta a las escuelas infantiles en abril de niños que no habían ido el resto del curso. «En Aragón muchos niños no empezaron la guardería en septiembre sino en abril, con la mejora de la situación y el buen tiempo, porque sus padres han podido conciliar», explica. La doctora Cenarro tampoco vaticina una epidemia de bronquioli­tis: «Ahora hacemos mucha vida al aire libre, hace buen tiempo y es mucho más difícil el contagio de virus respirator­ios».

Para evitar la propagació­n de bronquioli­tis es fundamenta­l una buena higiene de manos. «Se transmite por las secrecione­s mediante las manos o fómites (objetos contaminad­os)», recuerda la doctora Paula Vázquez. Se trata de una enfermedad especialme­nte grave en niños muy pequeños. «A los recién nacidos solo deberían cogerlos en brazos sus padres. Nadie acatarrado debe acercarse al bebé. Si es la madre la que está enferma, con mascarilla. Y el lavado de manos es fundamenta­l siempre», concluye.

Respecto al Covid-19, la doctora Vázquez lanza un mensaje de tranquilid­ad: «No está habiendo ingresos de niños».

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La bronquioli­tis es la principal causa de ingreso hospitalar­io en pediatría
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