Las dudas ya no ofenden

Joe Biden Presidente de Estados Unidos La CIA comienza a investigar la «teoría del accidente» y a trazar el verdadero origen del Covid-19

Cada vez que Donald Trump abría la boca subía el pan, y si encima se refería al Covid como «el virus chino», mera denominación de origen, los periódicos globales tocaban a rebato y lo tachaban de fascista y de teórico de la conspiración. El expresidente norteamericano fue el primero en denunciar el papelón de la OMS, antes, durante y después de que la pandemia hiciera estragos, primero con su condescendencia hacia el régimen de Pekín y, a toro pasado, a través de una misión científica tutelada por los hombres de negro de Xi, guías de un circuito turístico del que salieron un álbum de fotos y un dictamen que consideraba «extremadamente improbable» que el virus surgiera en un laboratorio. Ahora es Joe Biden quien ordena a la CIA que investigue –tres meses le ha dado– la trazabilidad del Covid y que presente un árbol genealógico del coronavirus en el que los murciélagos, los pangolines y las zarigüeyas del cuento chino quizá den paso a unos señores con bata, virólogos pekineses con pedigrí y mascarilla FFP2. Las dudas persisten, pero ya no ofenden. Biden es más serio que Trump, y más progresista. La teoría de la conspiración de la que se mofaba el periodismo global se denomina ahora «teoría del accidente», de semántica quizá mafiosa y calabresa, pero limpia de polvo, paja y fascismo vírico.