Trenes para la España vaciada
El pasado domingo las estaciones de la línea de ferrocarril Barcelona-Zaragoza-Madrid vía Caspe volvieron a llenarse de público en demanda de la continuidad de un determinado servicio. Nonaspe, Fayón o Caspe son poblaciones muy afectadas.
En las ciudades se puede disfrutar del servicio de autobús, tranvía o metro, ya sea con muchos, pocos o ningún usuario. En estos pueblos apenas disponemos de dos o tres servicios al día por sentido del tren que pretenden eliminar.
Claro está que en las grandes ciudades vive mucha gente, pero no hay que ignorar que buena parte de sus poblaciones procede de los pueblos y se han visto obligados a emigrar a ellas en demanda de trabajo. La España vaciada es una cruel y triste realidad, pero que puede combatirse con acciones como esta, que piden sus habitantes: mantener y mejorar los servicios ferroviarios. El tren es vida, rezaban las pancartas que exhibíamos el domingo. Necesitamos que se dé vida al tren porque el tren es vida para muchos pueblos.
La línea citada (Barcelona-Zaragoza-Madrid vía Caspe) está en permanente uso por parte de convoyes de mercancías, es una línea activa y por tanto mantener y mejorar en ella los pocos servicios de viajeros actuales no debe de suponer tanto problema, pero sí que causa un grave e irreparable trastorno si no se mantienen.
Necesitamos el servicio que permite ir y volver a Caspe, donde tenemos los médicos, por ejemplo.
El tren, como servicio público que es, resulta ser uno de los mejores ejemplos del bien común para el que deben trabajar los dirigentes de un país. Para eso los hemos escogido.
MANUEL MESEGUER ALABART
ZARAGOZA