2050, otra odisea espacial
El anuncio de una agencia espacial española coge con el paso cambiado a Duque, contrario a este proyecto
En homenaje a Toni Leblanc, protagonista de ‘El astronauta’, película que en 1970 e impulsada por los cohetes del desarrollismo quiso anticipar el prometedor papel de España en la carrera espacial, el proyecto extraterrestre con el que acaba de sorprender Iván Redondo debería tener un detalle, al menos simbólico, con el actor madrileño, por visionario y lanzado. «Les anuncio la creación de la Agencia Espacial Española», soltó Redondo en las Cortes, solemne y dramático, entre alucinado y alunizado. No dijo más. Sobraban las palabras. Un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la propaganda sanchista. No es habitual entre los países de nuestro entorno contar con un astronauta –‘astro_duque’ para el siglo y las redes sociales– en el Consejo de Ministros, excepcionalidad aminorada por la presencia en La
Moncloa de un asesor que vuela aún más alto y que adivina el futuro, hasta 2050 y más allá, a los españoles preocupados por el presente, que en eso consiste la videncia y desemboca el gatuperio. Fue precisamente Pedro Duque el que hace solo tres meses consideró accesoria una agencia espacial propia, sin sitio ni razón de ser ante la estructura continental de una ESA (Agencia Espacial Europea) en la que participa España. Lo que diga Duque, sin embargo, le importa muy poco a Iván Redondo, que no es otro que el diseñador de gabinetes e interiores que tuvo la idea de contratar a un astronauta como figurante ingrávido.