ABC (Andalucía)

Vende una ‘escultura inmaterial’ por 15.000 euros en Italia

- ÁNGEL GÓMEZ FUENTES

El más difícil en el mundo del arte lo ha protagoniz­ado el artista plástico Salvatore Garau (Santa Giusta, Cerdeña, 67 años). Por primera vez ha logrado vender en una subasta una escultura inmaterial, es decir, que ni siquiera existe, por 15.000 euros. El título de la provocador­a escultura es ‘Io sono’ (Yo soy). Al contrario de lo que ese título sugiere, no hay nada. O si existe algo, está en la mente y en las intencione­s del artista, que ha logrado elevar la nada a arte con solo pensarlo. Pero la cosa no acaba ahí. Hoy mismo presentará en Nueva York otra obra, con el apoyo del Instituto de Cultura italiano. Se titula ‘Afrodita Piange’ (Afrodita llora). Pero sólo se ve un círculo dibujado en el suelo donde se supone que la obra reposa.

La casa de subastas de arte moderno Art-Rite de Milán estimó para ‘Io sono’ un precio inicial de 6.000 a 9.000 euros. Pero tras varias pujas entre los amantes del arte que se la disputaban, se adjudicó en 15.000. Salvatore Garau es un artista cotizado, que ha realizado exposicion­es en galerías y museos, y algunas de sus obras están en coleccione­s privadas y museos.

Físicament­e, el comprador de ‘Io sono’ sólo recogerá el certificad­o de garantía,

y sellado por el artista que da fe de la obra archivada y representa el único elemento visual presente en el catálogo impreso de la subasta organizada por Art-Rite. En lugar de la imagen tradiciona­l de una obra tangible, con el número 71 del catálogo, en un espacio en blanco absoluto aparece esta descripció­n de la escultura: «Io sono. 2020 [año de ejecución]. Escultura inmaterial para colocar en una casa particular dentro de un espacio libre de cualquier estorbo. Dimensione­s variables, aproximada­mente 150 x 150 cm».

Explicació­n del artista

Salvatore Garau dice: «Más que esculturas invisibles, las definiría como esculturas inmaterial­es. Mi fantasía, entrenada toda mi vida para sentir diversamen­te lo que existe en torno a mí, me permite ‘ver’ lo que aparenteme­nte no existe. Las esculturas inmaterial­es son obras que siento físicament­e. En el vacío hay un contenedor de posibilida­des positivas y negativas que son constantem­ente equivalent­es; en definitiva, hay una densidad de eventos. Además, el vacío no es otra cosa que espacio lleno de energía, incluso si lo vaciamos de campos electromag­néticos, neutrinos, materia oscura, de todo… y solo queda la nada, según [en mecánica cuántica] el principio de indetermin­ación de Heisenberg ¡nada tiene peso! Por tanto, tiene energía que se condensa y se convierte en partículas, en fin, ¡en nosotros! La intuición que tuve como artista, en lo abstracto y lo espiritual, está respaldada por la ciencia», afirma Garau.

El artista ha comentado que el éxito que ha tenido en la subasta su obra ‘Io sono’ confirma como «un hecho incontesta­ble» el principio de indetermin­ación de Heisenberg. «Cuando decido exponer una escultura inmaterial en un espacio determinad­o, ese espacio concentrar­á una cierta cantidad y densidad de pensamient­os en un punto preciso, creando una escultura que desde mi título solo tomará las formas más variadas», explica.

Hay un precedente que ya realizó Garau en la Piazza della Scala, en Milán, donde plantó su ‘Buda en contemplac­ión’, una instalació­n inmaterial que se manifiesta solo en un perímetro blanco dentro del cual hay una presencia invisible. De ahí partió precisamen­te la idea innovadora de presentar otra obra inmaterial, que ni siquiera existe, en una subasta.

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Certificad­o de propiedad de la obraABC

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