ABC (Andalucía)

Toros dulces como las fresas maduras

▸ La terna se reparte cinco trofeos con una corrida muy noble de Garcigrand­e

- ANDRÉS AMORÓS

Las raíces taurinas de Aranjuez son centenaria­s. Su histórica plaza es del XVIII, contemporá­nea de las de Sevilla y Ronda, aparece en algún cuadro de Goya, gran aficionado. En estas tierras pastaban los feroces toros jarameños de la Real Vacada Brava de Aranjuez, creada por Fernando VII. Celebro que recupere su tradiciona­l Feria de San Fernando.

Los toros de Garcigrand­e sacan mucha nobleza pero son justos de casta y fuerzas. El Juli y Manzanares cortan dos orejas; por la espada, Ureña se queda en una. Disfruta un público benévolo. La anécdota: la polémica por las músicas que interpreta la banda.

El primero, suelto, embiste sin celo pero no plantea problemas a la poderosa muleta de El Juli, que juega con él como en un tentadero. Un trasteo sabio pero de escasa emoción. Cae baja la espada pero corta oreja. El cuarto no es un terrible ‘Vándalo’ sino un toro muy noble, que se crece en banderilla­s. Una anécdota curiosa: pide Julián que cambien el solemne tema de ‘La Misión’, de Morricone, por un alegre pasodoble, y eso anima al personal, cuando cuaja a su amable colaborado­r. Estocada con salto, caída y perpendicu­lar: oreja.

Al segundo, abrochado de pitones, justo de fuerzas, apenas lo pican. Manzanares liga muletazos de mano baja a una res que humilla pero protesta un poco. Se empeña en citar a recibir a un toro remiso y logra un espadazo trasero: oreja. En el quinto, saluda Mambrú. Manzanares conduce con solemnidad las embestidas de una res que flojea y se va, a los sones del ‘Concierto de Aranjuez’, que el público tampoco aprecia. (Lo siento por ellos: no esperaba yo que se acogiera con protestas allí el inmortal ‘Concierto’. Como canta Rocío Jurado, ‘¡Viva el pasodoble!’). Por empeñarse en citar a recibir, suena un aviso antes de un gran volapié: oreja.

Paco Ureña maneja con suavidad el capote en el tercero, al que, desde que sale, hay que cuidar. Colocándos­e muy de verdad, provoca las embestidas de un toro noble que se apaga. La espada queda delantera y caída. En el último, saluda Curro Vivas. Logra Ureña buenos muletazos, deslucidos porque la res se distrae. Aunque la espada queda defectuosa, corta un trofeo.

En 1958, en Aranjuez, Cañabate cantaba «el delicado perfume» de las fresas, que le hacían «guluzmear». Muy nobles han sido los toros de Garcigrand­e; los tres diestros han saboreado su dulzura: «Veía que se me caía», ha dicho un diestro, en medio de elogios al toro... Una tarde amable, sin la grandeza que sólo da el toro fuerte y encastado.

 ?? DE SAN BERNARDO ?? El Juli paseó una oreja de cada toro de su lote
DE SAN BERNARDO El Juli paseó una oreja de cada toro de su lote

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain